MEMORIZA: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» JEREMÍAS 29:11
LEE: 2 SAMUEL 9:6 – 8
Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 7Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. 8Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
BIBLIA EN UN AÑO: Isaías 25:1-28:13, Gálatas 3:10-22
MENSAJE
Muchos niños y jovenes con discapacidades físicas o intelectuales han sido apartados en la sociedad de hoy en día. Muchos de ellos no son responsables de su condición, aún se les ha dejado sufriendo rechazo y dolor. Mefi-boset era una de esas personas en la Biblia. Él nació como un niño corriente, pero se cayó de las manos de la enfermera y sus pies se desfiguraron. Él probablemente fue abandonado después de eso, pero cuando el Rey David preguntó si había alguien que necesitara ayuda del linaje de Jonathan, su mejor amigo, surgió su nombre. Oro para que la gente te recomiendo para favores incluso cuando no estés presente, en el nombre de Jesús.
De la historia de Mefi-boset podemos ver que a pesar de sus limitaciones físicas y los desafíos a los que se enfrentó, él se acercó al Rey David en humildad y fe, buscando restauración y favor. Él apeló a la misericordia del rey, y no solo la recibió, él también recibió bendiciones en abundancia, y restauración más allá de lo que podía imaginar. ¿Estás viviendo con alguna forma de discapacidad, ya sea física o intelectual? Quiero que sepas que. Dios tiene grandes planes para ti, no importa las circunstancias en las que estés o las limitaciones a las que te estés enfrentando. Pon tu confianza en Él completamente.
PUNTO CLAVE: Padre, por favor, recuérdame para bien, en el nombre de Jesús.
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Amén