Memoriza: «No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.» Mateo 28:6
Lee: Mateo 28:1 – 7
La resurrección
28 Pasado el día de reposo,[a] al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. 2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. 5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
BIBLIA EN UN AÑO: Josué 21:1-22:20, Lucas 20:1-26
MENSAJE
El comienzo de la vida de Jesús (Su mañana) fue uno ciertamente brillante. Lucas 2:8 – 14 dice que incluso un coro celestial visitó el mundo para cantar en Su nacimiento. Todo el mundo, incluyendo el rey, sabía que un niño especial había nacido. Cuando cumplió los 30, Jesús empezó Su ministerio en la tierra y obró muchos milagros. Entonces vino la noche de Su vida, cuando fue crucificado; hubo oscuridad en la tarde porque el sol se negó a brillar ese día (Marcos 15:35). Sin embargo, en poco tiempo, llegó la mañana de nuevo.
La lectura Bíblica de hoy marca el principio del nuevo día de Jesús, y muchas cosas sucedieron para anunciarlo. Lo primero, hubo un gran terremoto para hacer entender a todo el mundo que había llegado un nuevo día. Después, un ángel descendió, apartó la piedra de Su tumba, y se sentó en ella; esto puede representar la victoria permanente.
La resurrección de Jesús trajo un nuevo día para todo aquel que le acepta como Su Señor y Salvador. Si Jesús es tu Salvador, te felicito. Sin embargo, si sigues cometiendo pecado, entonces estás crucificando a Cristo de nuevo (Hebreos 6:6). Te imploro que le entregues tu vida a Él ahora y te apartes del pecado de ahora en adelante.
ACERTIJO: Hay dos posibles destinos después de la muerte. Nómbralos.
REFLEXIÓN: ¿Has entregado tu vida a Jesús?
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Amén