Memoriza: «Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.» Salmos 34:6
Lee: 2 Reyes 6:1 – 7
Eliseo hace flotar el hacha
6 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. 2 Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. 3 Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. 4 Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. 5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! 6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. 7 Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 2:1-3:29, Lucas 6:12-38
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, Eliseo no hubiera sabido sobre el hacha que cayó dentro del agua si el hombre que la perdió no hubiera clamado por ayuda. Muchas veces, necesitamos clamar a Dios hasta que Él nos conteste. Hay personas que dicen que no necesitan abrir su boca mientras que oran a Dios para que Él les conteste, porque Él conoce todas nuestras necesidades. Aunque esto es cierto, que Dios lo sabe todo, y puede contestar incluso antes de que pidas, si lees la Biblia, veras muchos ejemplos donde la gente clamó a Dios.
En Salmos 120:1, David dijo: «A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió.» También, en Salmos 77:1, el Salmista dijo, «Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.» él no dijo, «con mi corazón» sino «con mi voz».
Hay, sin embargo, una cosa que puede evitar que Dios te escuche, y esa cosa es el pecado. La Biblia dice que si albergamos iniquidad en nuestros corazones, Dios no nos escuchará (Salmos 66:18). Sin embargo, si un pecador se arrepiente y clama a Dios por misericordia, Él le escuchará. Oro por ti, para que siempre que clames a Dios, Él te escuche, en el nombre de Jesús.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Los próximos 10 minutos, clama a Dios en oraciones por aquello que necesitas.
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Amén