LA SEMILLA DE DIOS

Memoriza: «siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.» 1 Pedro 1:23

Lee: 1 Juan 3:7 – 9

Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

BIBLIA EN UN AÑO: Rut 1 – 4

MENSAJE

Cuando la semilla de Dios está en ti, el pecado se convierte en algo irritante para ti. No importa lo hambriento que esté un gato, nunca comerá heces. La lectura Bíblica de hoy, dice que tú eres nacido de Dios, no puedes pecar porque la semilla de Dios está en ti. Como hijo de Dios, no importa la tentación a la que te enfrentes, Su semilla en ti te ayudará a vencerla. La gente que dice haber nacido de nuevo y siguen disfrutando del pecado no son realmente salvos. El pecado separa a la gente de Dios y les hace justos cautivos de satanás (2 Timoteo 2:26). Si estás viviendo en pecado, debes de clamar a Dios por Su salvación que quita toda semilla de pecado y la reemplaza con Su semilla.

Dios traslada a los creyentes del reino de las tinieblas a Su luz (Colosenses 1.13) y les da una nueva identidad y ADN. Así como la semilla de un mango nunca producirá una manzana, el Cristiano no tiene la capacidad de producir pecado, porque la semilla de Dios está en él. Sin embargo, si un creyente se niega a nutrir y hacer crecer esta semilla, el pecado le vencerá. Habitar en la palabra de Dios es una de las formas de permitir que la semilla de Dios en ti florezca, y causar que lleve frutos de justicia.

El versículo a memorizar de hoy, dice que tu has nacido de nuevo de una semilla incorruptible – la palabra de Dios, la cual vive y habita por siempre. Su palabra es afilada como una espada de doble filo, y puede discernir las intenciones de nuestros corazones, mucho antes de que se conviertan en acciones (Hebreos 4:12). Los Cristianos que permiten que la palabra de Dios habite abundantemente en ellos (Colosenses 3:16), permanecerán fuertes ante las tentaciones y el pecado. El pecado es una obra de las tinieblas, pero la palabra de Dios trae luz y entendimiento (Salmos 119:130). Conocer la palabra de Dios te hará sabio y te mantendrá alerta; serás capaz de ver con anticipación los peligros en ciertas situaciones y esconderte (Proverbios 22:3). José discernió el mal en la petición de la esposa de Potifar y huyó (Génesis 39:12). Sansón, por otro lado, no pudo discernir el mal en la petición de Dalila, hasta que fue. demasiado tarde (Jueces 16:1 – 21). si quieres ser un gran instrumento en las manos de Dios, debes de tomarte Su palabra en serio. Todo aquello que te mantenga alejado de la palabra de Dios quiere destruir tu alma. La semilla de Dios será preservada de la corrupción del pecado cuando haces de Su palabra tu prioridad.

No te conviertas en un justo cautivo de satanás.

REFLEXIÓN: ¿Es la palabra de Dios tu punto de meditación constante? (Salmos 119:97)

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Amén