Memoriza: «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.» 2 Timoteo 1:7
Lee: Hechos 4: 1 – 13
Pedro y Juan ante el concilio
4 Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, 2 resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. 3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. 4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil.
5 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, 6 y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; 7 y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: 9 Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este haya sido sanado, 10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
BIBLIA EN UN AÑO: Números 15:40, Marcos 15:1-47
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, Pedro se enfrentó a los Saduceos, defendiendo su fe y el nombre de Jesucristo. ¿Tenía Pedro esta valentía antes de ser bautizado en el Espíritu Santo? La respuesta es «No». En Mateo 14:28 – 32, se describe a Pedro como miedoso después de ver la agresividad del viento. En Juan 18:16 – 27, cuando ciertas personas le reconocieron como uno de los seguidores de Jesús, él lo negó y juró que no conocía a Jesús. Éste es el mismo Pedro que se enfrentó a los Saduceos en la lectura Bíblica de hoy.
Quizás te estés preguntando, «¿Qué cambió a Pedro?» La respuesta es que Pedro fue bautizado en el Espíritu Santo, que es es la fuente de energía de todo creyente.
Ser llenado con el Espíritu Santo es un antídoto para el miedo. Si el miedo te ha estado impidiendo cumplir con tu destino, es porque no estás lleno del Espíritu Santo. Cuando te llenas del Espíritu Santo, miras al obstáculo más grande en frente de ti y sonríes, porque sabes que más grande es el que esetá en ti que el que está en el mundo (1 Juan 4:4).
PUNTO CLAVE: Haz del Espíritu Santo tu compañero desde hoy, y el miedo desaparecerá.
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Amén