Memoriza: «Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.» Salmos 29:2
Lee: Isaías 48:9 – 11
9 Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. 10 He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. 11 Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 33 – 34
MENSAJE
Ayer, estuve hablando de cómo cada parte de tu vida fue creada para complacer a Dios. Hoy, quiero mostrarte que tú también fuiste creado para darle la gloria a Dios.
En Juan 9:1 – 7, los discípulos le preguntaron a Jesús sobre qué era lo que causaba que un hombre estuviera ciego, Él respondió que no era cuestión de pecado, sino de que la gloria de Dios fuera revelada. El Señor escupió en la tierra, hizo un poco de barro, lo puso en los ojos del hombre ciego, y le pidió que fuera y se lavara. El ciego volvió con su vista recuperada.
La gloria le pertenece a Dios; Él el Padre de gloria (Efesios 1:17). Dios es muy celoso de Su gloria (Isaías 42:8), y todo lo que haces debe darle la gloria a Él. Si tratas de impedir que Dios se lleve la gloria, Él solo te usará para obtener aún más gloria, como hizo con el Faraón. Incluso hoy, Dios se está llevando la gloria de la destrucción del Faraón y su ejército, por tratar de impedir que los Israelitas adoraran y le dieran la gloria a Dios (Éxodo 15:1 – 4). Aquellos que tratan de atribuirse la gloria de Dios, atraerán el juicio de Dios sobre sus vidas si no se arrepienten. Cuando el corazón de Nabuconodosor estaba engrandecido por sus logros, Dios le hizo vagar por el bosque durante siete años, como una bestia salvaje (Daniel 4:28 -33). Después de comer la hierba como un animal, su entendimiento volvió a él – y le digo a Dios la gloria que merecía (Daniel 4:34). Nabuconodosor necesitó pasar por una experiencia terrible para darle la gloria a Dios, no seas como él. Dale siempre a Dios la gloria que se le debe a Su nombre. Herodes también aprendió a dar la gloria a Dios a las duras. Sin embargo, al. contrario que Nabuconodosor, quien tuvo una segunda oportunidad, él fue devorado por los gusanos hasta que murió porque no le dio la gloria a Dios (Hechos 12:20 – 23).
Es una cosa terrible y temible, el caer en las manos de nuestros Dios, que no comparte Su gloria. Cuando Dios hace algo por ti, no actúes como si lo hubieras hecho todo tú solo; reconócele y dale la gloria. Algunos hombres y mujeres de Dios, han permitido que el poder que Dios le dio, le engañe pensando que son muy importantes. Deja de robarle la gloria a Dios porque tú no eres absolutamente nada sin Él. Cuando Dios hace algo a través de ti, Él lo hace por amor a Su nombre. Nunca olvides que tú eres lo que eres por la gracia de Dios. Dios se merece toda la gloria, y Él debe de tener toda la gloria.
PUNTO DE ORACIÓN. Padre, me arrepiento de cada vez que yo haya podido querer llevarme el mérito de cosas que Tú has hecho en mi vida. Te daré la gloria que Tu nombre merece ahora y siempre, en el nombre de Jesús.
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Amén