Memoriza: « Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.» Lucas 1:45
Lee: Mateo 9:20 – 22
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
BIBLIA EN UN AÑO: Números 1 – 2
MENSAJE
Una característica principal de una fe que mueve montañas es que también mueve al creyente. En otras palabras, cuando tienes fe, empiezas a moverte conforme a tu fe. David tenía fe en Dios de que mataría a Goliat, por lo tanto, él fue con valentía a encontrarse con el rey, para que le diera permiso para luchar en contra del gigante. Cuando Goliat arremetió contra él, David no retrocedió, él corrió hacia el gigante y al final consiguió tener la cabeza de Goliat en sus manos (1 Samuel 17:51 – 54). Si realmente crees, empezarás a moverte en dirección hacia el resultado que quieres.
Hace años, estaba enfermo con malaria, en un día en el que teníamos que tener un Estudio Bíblico en la iglesia, así que me quedé en casa. Me acosté en la cama y decidí escuchar un sermón. El sermón era sobre la fe, y como si el predicador pudiera verme, dijo, «¿Qué estás haciendo en la cama, si sabes que las llagas de Jesús ya te han sanado? Levántate»» Eso avivó mi fe, así que me levanté y decidí ir a la iglesia. Me dolía todo el cuerpo, pero de alguna forma, llegué a la iglesia y me senté al fondo. Durante la alabanza y la adoración, ignoré mis dolores y empecé a bailar. Después de un rato, sentí ganas de ira al servicio, y para cuando salí del servicio la enfermedad había desaparecido.
Mi Padre en el Señor una vez dirigió un avivamiento en nuestra iglesia en Ilorin, un estado al sur de Nigeria, y Dios le movió a decir, «Si hay alguien aquí confiando en Dios para tener un hijo, ve y compra las ropa apropiada para el bebé, según quieras que sea niño o niña» Una mujer escuchó esto y cuando llegó a casa, compró una cuna y ropa para un niño, y se lo enseñó a todo el mundo. Sus vecinos se rieron de ella diciendo que se había vuelto loca de tan desesperada que estaba por tener un hijo. Ella les ignoró y se aferró a la palabra del hombre de Dios, y nueve meses después, cuando el niño llegó, era ella la que se reía.
Empieza a moverte conforme a tu fe ahora. Cualquier cosa por la que estés confiando en Dios, empieza a hacer movimientos y acciones en dirección a ello, como si ya lo hubieras conseguido. Como la mujer que mencioné en el párrafo anterior. Declaro que el Dios Todopoderoso te dará un milagro que sorprenderá a todos los que te rodean, en el nombre de Jesús. Sin embargo, tienes que dar un paso de fe.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Da pasos hacia aquello que estás pidiendo y confiando en Dios.
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Amén