Memoriza: «He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos» Job 13:15
Lee: Daniel 3: 9 – 25
9 Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. 10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; 11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que le trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. 14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? 15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. 20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
BIBLIA EN UN AÑO: Éxodo 31 – 34
MENSAJE
Hace algún tiempo, una mujer de una de las parroquias de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios fue echada del trabajo injustamente. Poco después de eso, ella se embargó en un viaje, y los ladrones de carretera la pararon y le robaron el coche. Días después, mientras que estaba intentando cocinar, su cocina empezó a arder. Todos estos eventos sucedieron en un semana. Es curioso que, el domingo siguiente era domingo de Acción de Gracias, y ella bailó y se regocijó más que ninguna otra persona. Todo el mundo la miraba porque ella era la última persona a la que esperaban ver bailando de esa forma. Sin embargo, ella les dijo, «He perdido mi trabajo, no mi salvación. Me robaron el. coche, pero no me robaron la vida. Mi cocina se ha incendiado, pero no voy al infierno. Con todo lo que el diablo ha intentado, pero sigo aquí». Ese es el testimonio de alguien que ya tenía una relación íntima con Dios, antes de que llegaran los desafíos, y él nunca decepciona a ese tipo de personas. (Jeremías 17:7 – 8)
Si alguien te dice que nunca te enfrentaras a cosas difíciles porque eres Cristiano, esa persona no te está diciendo toda la verdad. Los desafíos vendrán, pero tu respuesta ante ellos determinará cuanto amas a Dios. Si el desafío te aparte de Dios, entonces tu amor es pequeño. Algunas personas. confiesan su amor incondicional por Dios, cantando que siempre le seguirán, aunque pasen por tormentas y por el fuego. Sin embargo, cuando llegan los desafíos, se olvidan de su confesión y se apartan de Él.
Si decir la verdad en cuanto a una situación en el trabajo, te va costar perder tu puesto, ¿mentirías para salvar tu trabajo o dirías la verdad pagando las consecuencias? Quizás digas ahora que siempre dirás la verdad, pero, lo que realmente determinará lo que harás en esa situación, es tu amor por Dios. Tu amor por Él debe de edificarse desde hoy, si quieres permanecer firme ante los desafíos.
En Daniel 3, los tres chicos hebreos confrontaron la opción de, o bien postrarse ante un ídolo o ser echados al horno de fuego. Ellos eligieron el fuego, y esto muestra un amor real por Dios. Ese amor no fue cultivado en el día en el que el rey les ordenó postrarse; ellos habían estado cultivando ese amor desde mucho antes.
Edifica tu amor por Cristo ahora. Estudia tu Biblia diligentemente, ora sin cesar, y ten comunión con otros Cristianos, para que cuando venga el día de la adversidad, tu amor por Dios te mantenga en pie.
REFLEXIÓN: ¿Puedes decir verdaderamente que amas a Dios con todo tu corazón?
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Amén