SIGUE EMPUJANDO

Memoriza: «Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.» 2 Tesalonicenses 3:13

Lee: Lucas 9:57 – 62

Los que querían seguir a Jesús

57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 29 – 31

MENSAJE

Durante el parto natural, se requiere que la mujer empuje hacia fuera el cuerpo del bebé. No importa las veces que ella empuje, ella debe de seguir empujando hasta que el bebé salga. En el momento en el que da el último empuje, que hace que el niño salga, ella se convierte en una nueva persona – una madre.

Como Cristiano, nunca dejarás de empujar hasta que tengas un nuevo cuerpo en Cristo. No importa lo mucho que hayas conseguido en el pasado, debes de seguir empujando hasta que veas al Señor en gloria (Filipenses 3:13 – 14). Muchas personas empezaron bien; consiguieron muchas cosas importantes para Dios, pero a medida que pasaba el tiempo, dejaron de empujar. Ellos dejaron de ayunar y orar como lo solían hacer, y perdieron la gloria que hubiera sido para ellos.

En un tiempo en el que había una seria persecución en contra de los Cristianos en Rusia, cinco chicos Cristianos fueron capturados por soldados rusos y fueron echados a un estanque helado en medio del invierno. Los soldados empezaron a disparar y les dijeron que, aquellos que negaran a Jesús podían salir del estanque y calentar sus cuerpos cerca del fuego. Poco a poco, los chicos empezaron a congelarse, y llegó un punto en el que uno de ellos llamó a los soldados y dijo que estaba listo para negar a Jesús. Cuando uno de los soldados fue para sacarlo del agua, el Señor abrió sus ojos, y vio cinco ángeles portando coronas, una para cada uno de los chicos. Sin embargo, el ángel que tenía la corona de aquel que había negado a Jesús, estaba dando la vuelta para irse con la corona. ESe chico había sufrido por mucho tiempo por la causa de Cristo, pero en el punto final, él se rindió y perdió su corona.

No importa lo que hayas hecho para Dios. Si te rindes ahora, perderás tu corona. No. dejes que los placeres de esta vida te distraigan; no permitas que la tentación de pecar te aparte del camino del justicia. Sigue empujando con la oración, estudiando tu Biblia, ayunando, atendiendo a reuniones y viviendo una vida de santidad. No te canses de hacer el bien (Gálatas 6:9).

En Filipenses 3:13, el Apóstol Pablo dijo: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante» Olvida las cosas que has conseguido en el pasado; no son tan importantes como las cosas que debes hacer para Dios en el futuro. Oro para que sigas adelante hasta el final, en el nombre de Jesús.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, ayúdame a mantenerme en pie hasta que te vea en gloria.

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Amén