Memoriza: «y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.» Colosenses 1:20
Lee: 1 Pedro 1:18 – 19
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
BBILIA EN UN AÑO: 2 Timoteo 1 – 4
MENSAJE
La sangre de Jesús es más poderosa de lo que mucha gente piensa. Es un arma potente que puede usarse para vencer fácilmente a nuestro adversario, el diablo, y sus ejércitos, como vemos en Apocalipsis 12:10 – 11;
«Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.»
Me enfrenté a varias oposición de fuerzas diabólicas terribles, y siempre salí victorioso porque he aprendido a implorar la sangre de Jesús en todo momento. En los Estados Unidos, existe la quinta enmienda en la constitución, que contiene el derecho de una persona a no responder a las preguntas de los agentes de las fuerzas de la ley, para que la persona no se incrimine a sí misma. Por lo tanto, cuando escuchas a un americano decir, «Me acojo a la quinta», esta persona se está ejercitando su derecho garantizado por la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. De la misma forma, cuando un hijo de Dios implora por la sangre de Jesús, está invocando los derechos garantizados por la sangre de Jesús, que fue derramada en la cruz del Calvario. Algunos de esos derechos están registrados en Isaías 53:5;
« Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.«
El diablo no puede herirte porque Jesucristo ya ha sido herido y magullado por tus transgresiones. Esto es un manto protector sobre ti, en contra de cualquier fuerza de las tinieblas. También, el diablo no puede tocar a ninguno de tus amigos, familiares, o tus propiedades, porque no puede hacer nada que afecte tu paz, pues Jesús ya tomó sobre sí el castigo de tu paz. También, tu salud está asegurada porque, por causa de los heridas de Jesús, tu eres sanado.
Puedes vencer al diablo y sus ejércitos por la sangre de Jesucristo, porque en el momento en el que imploras la sangre, todo lo que Jesucristo sufrió por ti se interpone entre tú y el diablo, forzándole a dejarte en paz. Haz, de implorar la sangre de Jesús, una costumbre, y experimentarás victoria en Cristo.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Haz de implorar la sangre de Jesús sobre tu vida, la de tu seres queridos, y sobre todo lo que te importa, una costumbre.
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Amén