Memoriza: «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.» Hechos 1:8
Lee: Judas 1:17 – 21
Amonestaciones y exhortaciones
17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Corintios 1 – 4
MENSAJE
El poder puede definirse simplemente como la habilidad de trabajar. A veces, puedes saber si una persona es poderosa basándote en su apariencia física. Sin embargo, hay otro tipo de poder que no puede ser juzgado basándose en la apariencia física solamente. Por ejemplo, en Jueces 15:14 – 15, cuando Sansón tomó la quijada de un asno y mató a mil filisteos, entre otras grandes hazañas que hizo. Los filisteos entendieron que él tenía una fuerza extraordinaria. Por eso le pidieron a Dalila que buscara la fuente de su fuerza extraordinaria (Jueces 16:4 – 5). Lo que no sabían era que el Espíritu Santo siempre venía sobre él para darle poder para hacer las cosas que hizo. Desafortunadamente, el pecado hizo que perdiera su poder (Jueces 16:20).
Poco después de que naciera de nuevo, recibí una carta, invitándome a mi aldea para un programa. Cuando le dije a mi madre que iba a ir como invitado de honor, ella se asustó porque yo había huido de la aldea, después de que algunas personas amenazaran con comerme como desayuno. Con esto, ellos querían decir que me iban a matar usando poderes diabólicos. Le dije a mi madre que ahora había nacido de nuevo, y que ningún arma forjada contra mi podía prosperar. Ella me contestó que yo no parecía diferente en absoluto, y me preguntó cómo estaba tan seguro de que ahora yo era poderoso. Le dije que un cable eléctrico por el que pasa la electricidad, y otro cable eléctrico por el que no pasa electricidad, los dos parecen iguales. Sin embargo, cualquiera que toca el cable por el que pasa la electricidad notará la diferencia. Cuando naces de nuevo, más grande es el Aquel que está en ti, que el que está en el mundo (1 Juan 4:4).
Hay ciertas cosas que se necesitan para mantener la fortaleza de una persona. Así como un culturista se cuida de comer sano y ejercitar a menudo, tu también debes de tener cuidado con lo que dejas entrar en tu espíritu. Tienes también que hacer ejercicios espirituales constantemente. Cuando un Cristiano permite cosa negativas en su espíritu, esa persona se contamina. Si escuchas música mundana, ves películas del mundo, o miras fotos y videos sensuales en las redes sociales, estás reduciendo tu fortaleza espiritual.
Ora y ayuna regularmente, para mantener e incrementar el poder de Dios en ti. Al hacer esto y vivir en santidad, el poder del Espíritu Santo dentro de ti crecerá, y Dios podrá usarte para hacer grandes hazañas para Su reino.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Haz crecer el poder de Dios en ti, ejercitándote espiritualmente a diario.
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Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén