Memoriza: «Levántate, oh Jehová, en tu ira; Álzate en contra de la furia de mis angustiadores, Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.» Salmos 7:6
Lee: 2 Samuel 22:7 – 10
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios;
Él oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó a sus oídos.
8 La tierra fue conmovida, y tembló,
Y se conmovieron los cimientos de los cielos;
Se estremecieron, porque se indignó él.
9 Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
10 E inclinó los cielos, y descendió;
Y había tinieblas debajo de sus pies.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Corintios 10 – 13
MENSAJE
En nuestra lectura Bíblica de hoy, vemos que cuando Dios escucha el clamor de uno de Sus hijos, y se levanta por esa persona, toda la tierra se estremece, y los fundamentos del cielo tiemblan. Esto significa que cuando Dios entra en una situación, Su impacto se sentirá de inmediato.
¿Sabías que es posible que tú puedes hacer que Dios se levante por ti? Samos 144:5 – 6 dice:
«Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen. Despide relámpagos y disípalos, Envía tus saetas y túrbalos.»
Cuando la batalla a la que te estás enfrentando se vuelve demasiado grande para ti, y necesitas la intervención divina urgentemente, puedes pedirle a Dios que se levante y baje a la tierra para por tu causa, y Él lo hará. Dios se sienta en los cielos y controla todo lo que sucede en la tierra, porque la tierra es donde Él reposa sus pies. Sin embargo, de vez en cuando, cuando Sus hijos están lidiando con batallas complicadas, Él prefiere levantarse y bajar Él mismo para luchar por ellos. Salmos 68:1 – 2 dice:
«Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen. Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios.»
Cuando la situación te sobrepasa, y todo lo que necesitas es que tus enemigos se esparza, clama a Dios diciendo, «Oh Señor, Levántate». Él dijo en Salmos 50:15 que debes de clamar a Él en el día de tribulación, y Él te contestará. He descubierto en las Escrituras, y por experiencias personales, que siempre que un verdadero hijo de Dios está pasando por una situación que le sobrepasa, y clama a Dios para que Él se levante y lucha la batalla, Dios siempre aparece.
En 2 Reyes 19:14 – 19, El Rey Ezequías clamó al Señor cuando un gran ejército decidió hacer guerra en contra de Judá. Él sabía que Judá no tendría ninguna oportunidad en contra del poderoso ejército asirio; por lo tanto, presentó el asunto ante Dios. Dios se levantó por Judá, y esa misma noche, el ángel del Señor fue al campo del ejército asirio y mató a 185.000 soldados. Ezequías ni siquiera tuvo que levantar a su ejército para luchar en contra de los asirios; Dios se encargó Él mismo.
No te desesperes cuando te enfrentes con una situación que parece imposible de superar. Clama a Dios, y Él ciertamente se levantará y te librará.
PUNTO DE ORACIÓN: Oh Señor, levántate y lucha mis batallas por mi.
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Amén