Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

LO QUE NO ES LA VIDA

Memoriza: « Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» Lucas 12:15

Lee: Lucas 12:15 – 20

15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?

BIBLIA EN UN AÑO: Daniel 1:1-2:23, 1 Pedro 3:8-4:6

MENSAJE

Muchas personas gastan su tiempo y energías adquiriendo riquezas y cosas materiales, pero el versículo a memorizar de hoy nos dice, que el valor de la vida de un hombre, no depende de las cosas materiales que tenga.

El hombre rico de la lectura Bíblica de hoy, tenía buenos negocios que le daban mucho dinero. Después de haber amasado tanto dinero, él pensó que era tiempo de disfrutar de su vida. Sin embargo, se olvidó de que el trabajo duro sin involucrar a Dios, su Fuente, es insensatez. Las riquezas, la opulencia y la fama son buenos, pero nunca deben definirte como hijo de Dios. Tener un montón de posesiones materiales, sin Cristo, no es vida. La vida es mucho más que tener cosas caras y adquirir riqueza; la verdadera esencia de la vida es influenciar vidas positivamente. Debes de centrarte en las cosas que propagan el evangelio de Cristo, y deberías de estar decidido a ganar almas para el reino.

Si no entiendes la vida como deberías, malgastarás mucho tiempo, esfuerzo y dinero.

REFLEXIÓN: ¿ Estás en el camino correcto hacia vivir una vida que ha valido la pena?

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Amén