Memoriza: “No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto” Salmos 95:8
Lee: Hebreos 3:7 – 11
El reposo del pueblo de Dios
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
8 No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron,
Y vieron mis obras cuarenta años.
10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,
Y dije: Siempre andan vagando en su corazón,
Y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo.
BIBLIA EN UN AÑO: Juan 11 – 12
MENSAJE
Dios habla a Su pueblo; el único problema es que muchos no le escuchan. Salmos 95:6 – 8 dice que si tu quieres escuchar Su voz, no debes de endurecer tu corazón. Si Dios ha estado hablándote y has sido desobediente, Él se callará, y no le volverás a escuchar.
Necesitas escuchar a Dios para que pueda guiarte. La primera forma de escuchar a Dios y ser guiado por Él es estudiar tu Biblia. Sin embargo, ¿qué debes hacer cuando la situación para la cual necesitas dirección no se aborda de manera específica en la Biblia? Siempre que necesites tomar decisiones en ese tipo de asuntos, necesitas escuchar a Dios directamente.
Hay momentos en elos que puedes claramente escuchar lo que Dios quiere que hagas en las Escrituras. Sin embargo, sigues necesitando escucharle en cuanto a cómo hacer lo que Él quiere que hagas. Por ejemplo, cuando Pablo quería ir a Asia en Hechos 16:6 – 7, el Espíritu de Dios se lo prohibió. Quizás te preguntes ¿Cómo puede el Espíritu de Dios frenar a Pablo de ir y predicar cuando está escrito en Mateo 28:19, que debemos de ir por todo el mundo y predicar a toda nación?
Hace algunos años, quería tener una cruzada en Benin, una capital de estado en el sur de Nigeria. Habíamos preparado todo para la cruzada, pero para mi sorpresa, cuando fui a preguntarle a Dios sobre ello, Él dijo que debía de ir a Ede, una ciudad en el suroeste de Nigeria. Le dijo que acabábamos de terminar una cruzada en Ilesha, otra ciudad en el mismo estado que Ede, y que los habitantes de Ede seguramente habían atendido esa cruzada. Sin embargo, ya que Dios es mi Comandante en Jefe, le obedecí.
Durante la cruzada en Ede, el rey estaba entre el público, y cuando llegó al escenario para hablar, él anunció que le regalaría a la iglesia cualquier cantidad de terreno que deseara. Nosotros al principio decidimos pedir 50 acres de tierra, sin embargo, cuando fui a escuchar de parte de Dios, Él me dijo que pidiera 500 hectáreas, y obedecí. Hoy, esa porción de tierra es donde están situadas la Universidad de los Redimidos, y la Escuela de Misiones de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios. Si hubiera endurecido mi corazón, no hubiera ido a Ede, y no hubiera recibido la bendición.
Cuando estás tratando con Dios, no endurezcas tu corazón. Escúchale con una mente abierta, comprométete a obedecerle, y Él te hablará.
PUNTO CLAVE: Si tu corazón está endurecido, Dios no te hablará.
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Amén