Memoriza: «Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.» Juan 17:11
Lee: Juan 17:9 – 26
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
BIBLIA EN UN AÑO: Juan 7 – 8
MENSAJE
Las últimas palabras de un hombre moribundo son normalmente muy importantes y deben ser tenidas muy en cuenta. Es aún más importante que prestemos atención de manera especial a las últimas palabras de Je´sus antes de que dejara la tierra, porque son palabras extremadamente importantes. Cuando mi Pare en el Señor estaba a punto de dejar la tierra, él me mandó buscar, pero desafortunadamente, me había ido a Azkure, una ciudad princpal en el Oeste de Nigera, para predicar. Aún a día de hoy, sigo deseando haber estado allí para escuchar lo que quería decirme en ese momento tan crucial de su vida.
En Juan 3:16, Jesús dijo que Dios amó a todo el mundo y le envió para morir por todos, pero cuando Él estaba diciendo Sus últimas oraciones en Juan 17:9, Él dijo, «No estoy orando por el mundo, solo estoy orando por aquellas personas que Tú me has dado» Eseto significa que si una persona no es nacida de nuevo, no puede experimentar ciertos beneficios del amor de Dios. De hecho, Jesucristo dijo que Él negaría a esas personas delante de Su padre en el día del juicio (Mateo 10:32 – 33).
Aquellos de nosotros que realmente hemos nacido de nuevo debemos de prestar atención a las últimas palabras de Jesús antes de Su crucifixión y muerte. En Su oración final antes de Su arresto y crucifixión, Él dijo:
«Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.» – Juan 17:20 – 21
Es muy importante para Jesucristo, la Cabeza de la iglesia, que los creyentes estén unidos. La gloria de Dios solo puede verse en una iglesia donde hay unidad y cuando los Cristianos están en un mismo sentir. En Salmos 133, la Biblia nos dice que la unción y las bendiciones de Dios fluirán libremente en Su iglesia cuando estamos unidos como hermanos. No debes de tener resentimiento o albergar malicia con tus hermanos y hermanas en Cristo. Aunque un Cristiano pertenezca a otra denominación y tengas un desacuerdo, ten en cuenta que los dos pertenecéis a Cristo, y todos los Cristianos son Sus hijos.
Asegúrate de que siempre muestras amor por los Cristianos a tu alrededor a pesar de vuestras diferencias. Decide honrar las últimas palabras de tu Señor y Salvador esforzándote por la unidad entre los creyentes (Efesios 4:1 – 3).
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, ayúdame a honrar Tus últimas palabras amando a todos los Cristianos en todo el mundo, a pesar de nuestras diferencias.
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Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén