Memoriza: “Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos” 1 Pedro 3:5
Lee: Efesios 5:22 – 33
22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
BIBLIA EN UN AÑO: Miqueas 1 – 4
MENSAJE
El matrimonio es un bonito regalo de parte de Dios; está diseñado para traer gozo y plenitud a las dos partes. Como todo regalo de parte de Dios, viene con un manual – la palabra de Dios. En la lectura Bíblica de hoy, hay una descripción detallada de cómo un marido y una esposa deben relacionarse entre sí. Los maridos han de amar a sus esposas como Cristo ama a la iglesia, mientras que las esposas tienen que someterse a sus maridos.
Muchas mujeres no entienden lo que significa la sumisión realmente. Dicen que son sumisas, pero en realidad solo están siendo cooperantes. La cooperación es ponerte de acuerdo con tu esposo porque quieres las mismas cosas. La sumisión, sin embargo, es acatar sus deseas incluso cuando no estás de acuerdo. A muchas mujeres les resulta difícil someterse a sus maridos porque la sociedad habla sobre la igualdad de género. Sin embargo, esto no es lo que la Biblia dice sobre el matrimonio.
La sumisión no significa esclavitud o servidumbre, más bien, es el acto voluntario de respetar y obedecer, que una esposa tiene hacia su marido, como cabeza del hogar. Cuando tu obedeces a tu jefe en la oficina, esto no es porque eres una esclava, es porque existe una jerarquía que hay que seguir para que las cosas vayan bien en la oficina. Un proverbio ingles dice que dos capitanes no pueden dirigir un mismo barco. Como esposa, tu marido es el capitán de tu matrimonio; someterte a él es el ingrediente clave para asegurarte de tener un matrimonio feliz.
Hace años, solía predicar en una universidad a menudo, y una mujer solía venir a mi quejándose de lo terco que era su marido y pidiéndome que orara para que su testarudez desapareciera. Después de un tiempo, decidí que no iba a orar más. Le dije, “Cuando llegues a casa, ponle la comida en la mesa, llámale “mi señor”, y pídele que venga a comer. Cuando él se siente en la mesa, dale un tazón de agua, arrodíllate y deja que se lave las manos con el agua”. Ella dijo, “De ninguna manera! Él es profesor igual que yo. Somos iguales” La contesté que si ella quería mi ayuda, aceptaría mi consejo. Ella decidió hacerlo, y al principio, su marido se preguntaba si ella le habría puesto veneno en la comida. Ella le dijo que su pastor le había enseñado esto que estaba haciendo, y de repente, ese marido que era terco como una mula se convirtió en un trozo de pan. Él fue con ella a la iglesia al domingo siguiente y se convirtió. Su matrimonio ha sido un matrimonio feliz desde entonces.
PUNTO CLAVE: La sumisión no es esclavitud; es una señal de sabiduría para un matrimonio exitoso.
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Amén