Memoriza: “Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!” Ezequiel 13:3
Lee: Ezequiel 13:1 – 6
Condenación de los falsos profetas
13 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová. 3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! 4 Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel. 5 No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el día de Jehová. 6 Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la palabra de ellos.
BIBLIA EN UN AÑO: Amós 5 – 9
MENSAJE
Las verdaderas profecías viene de la mente de Dios. Un profeta escucha de parte de Dios y transmite el mensaje al pueblo. Siempre que la profecía es dada basada en sentimientos, esa profecía es falsa, y la Biblia describe a las personas que hacen esto como insensatos (Ezequiel 13:3). Una profecía verdadera es un eco de lo que Dios ha dicho.
Cuando era joven en el ministerio, me acuerdo profecitar que una aerolínea en particular nunca sufriría pérdidas porque estaba muy contento con sus servicios a la iglesia. Profeticé basándome en mis sentimientos sin escuchar lo que Dios tenía que decir. Poco después, uno de los aviones de esa compañía se estrelló. Yo debía de haber orado por ellos simplemente, y bendecirles por su benevolencia, en vez de dar una profecía basada en mi estado de ánimo. Aprendí mi lección de esa experiencia – si Dios no ha hablado, no profetizo.
No tengas prisa por decir “Dios dijo” cuando Dios no ha dicho nada. No permitas que el orgullo te lleve a profetizar; profetiza solo conforme a la voluntad de Dios. Deja el orgullo a un lado para que puedas escuchar a Dios claramente. Mucho antes de las elecciones en Nigeria del 2023, la gente estaba alborotada pensando quien se convertiría en el siguiente presidente. Ellos me presionaron para que les dijera cual sería el resultado de las elecciones. Incluso con toda esta presión, me aseguré de no decir nada que no hubiera escuchado de parte de Dios porque sabía que sería una mentira. Les dije unas semanas antes del día de las elecciones, “Dios aún no ha hablado. Hasta que Dios no hable, yo no diré nada” Tienes que llegar a sentirte cómodo con quedarte callado cuando Dios está callado. Si realmente eres Su portavoz, cuando Su boca está cerrada, la tuya lo estará también.
La profecía también tiene que estar en línea con la palabra de Dios. Si una profecía no es eco de la palabra de Dios en las Escrituras, es falsa. Un hombre vino a mi diciendo, “Escuché que eres un profeta, y todo lo que dices se cumple. ¿Puedes decirme mi futuro?” Yo respondí, “Eso es fácil. ¿Has nacido de nuevo?” Él dijo, “No”. “Entonces, tu futuro será terrible”, le respondí. Él me preguntó “¿Cómo lo sabes? Ni siquiera me has preguntado mi nombre” Le dije, “Isaías 3:11 dice, “Ay del impío!” Cualquiera que no ha aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador ya está condenado (Juan 3:17 – 18).
Una profecía verdadera viene de parte de Dios y siempre está en línea con Su palabra en las Escrituras.
PUNTO CLAVE: Cualquier profecía que no se haga eco de la palabra de Dios es falsa. No permitas que salga de tu boca.
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Amén