Devocional Cielos Abiertos

CONTAMINANTES DE LA ORACIÓN

Memoriza: «La muerte y la vida están en poder de la lengua,Y el que la ama comerá de sus frutos.» Proverbios 18:21

Lee: Proverbios 18:20 – 21

20 Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;

Se saciará del producto de sus labios.

21 La muerte y la vida están en poder de la lengua,

Y el que la ama comerá de sus frutos.

BIBLIA EN UN AÑO: Jeremías 47 – 48

MENSAJE

Ciertas cosas pueden contaminar nuestras oraciones, de tal forma que debilitan nuestras oraciones y sus posibles resultados. Una de esas cosas es declarar palabras en contra de aquello por lo que estás orando. Cuando oras sobre tu país, por ejemplo, y después te juntas con otros para decir que nada bueno puede salir de ese mismo país, ya has contaminado tu oración.

No ores para que Dios de vida a algo y después te des la vuelta para declarar muerte sobre esa misma cosa; no conseguirás ningún resultado para esa oración. Joel 3:10 dice, «Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.» Cuando tus palabras vayan en línea con tus oraciones, éstas permanecerán lo suficientemente potentes como para darte los resultados que buscas. Cuando oras sobre algo, es importante que tus palabras y pensamientos concuerden con tu oración. De esta manera, no te interpondrás en el camino de tu respuesta a tu oración.

Otra cosa que contamina las oraciones es la falta de concentración mientras estamos orando. Esto es cuando la gente ora, pero sus corazones no están en la oración. En vez de eso, sus mentes están ocupadas en otras cosas. El diablo sabe que si tu mente está distraída mientras estás orando, tu oración no tendrá el poder que debería tener. Por lo tanto, siempre que decidas orar, él empezará a recordarte que aún no has hecho y deberías hacer, y lugares a los que tienes que ir. Su plan es ocupar tu mente con otras cosas para que te distraigas y pierdas la concentración cuando oras. Siempre que encuentres tu mente pensando mientras estás orando, escribe las cosas que tenías que haber hecho en una nota, deja la nota a un lado, y continúa orando. Entrena a tu mente a mantenerse alejada de todas las distracciones, y no permitas que esas distracciones afecten tu conexión con Dios en el lugar de oración. Con el tiempo, si continúas entrenando tu mente, te harás bueno en centrarte solo en Dios cuando estás orando.

PUNTO CLAVE: Si quieres que tus oraciones sean potentes y tengan el poder suficiente para dar resultados, asegúrate de que no están contamindas.

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Amén