Memoriza: «Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.» Lucas 11:1
Lee: Lucas 11:1 – 2
Jesús y la oración
11 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
BIBLIA EN UN AÑO: Nehemías 5:73; 1Corintios 8:1-13
MENSAJE
Me he dado cuenta de que muchos jovenes se cansan fácilmente en el lugar de oración. Algunos jovenes no pueden orar por más de 30 minutos, y si les fuerzas a orar por tanto tiempo, ellos agotan todas sus peticiones de oración en pocos minutos. Tú puedes orar por una hora sin parar si sabes como orar.
Vamos a seguir el modelo de oración que Jesús destacó en la lectura Bíblica de hoy. Él dijo en el versículo 2: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.» Esto significa que cuando ores, debes de empezar alabando, adorando y dándole gracias a Dios. Hay pequeñas diferencias entre estos tres conceptos, pero muchas personas no lo saben.
Alabar a Dios significa declarar de Sus poderosas obras de generación en generación. Cuando tu alabas a Dios, empiezas desde cómo Él creó los cielos y la tierra, cómo Él creó el firmamento, cómo Él creó al hombre (tú) a Su imagen, cómo Él libero a los israelitas, cómo Él partió el Mar Rojo, cómo Él resucitó a los muertos, entre otras maravillosas obras. David entendió esto, y esta es la razón por la que dijo que él entraría a Sus atrios con alabanza. Si lees el libro de Salmos escrito por David, te darás cuenta de que él era un buen estudiante de la historia. Él sabía de las grandes obras de Dios y se las podía contar a Él.
Amado, si conoces las poderosas obras de Dios, no te cansarás de la oración. Asegúrate de que aprendes de Sus poderosas obras estudiando la Biblia a diario y escuchando los testimonios de otras personas.
REFLEXIÓN: ¿Cuánto sabes sobre las poderosas obras de Dios?
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Amén