Devocional Cielos Abiertos

SER MARIDO ES CULTIVAR

Memoriza: «Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.» 1 Pedro 3:7

Lee: Malaquías 2:13 – 15

13 Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. 14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15 ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.

BIBLIA EN UN AÑO: Jeremías 25 – 27

MENSAJE

Cuando piensas en la palabra «marido»; ves su similaridad con la palabra «agricultura», en el sentido de que, la agricultura tienes que cuidar y cultivar semillas y ganado. Esto nos da una idea de la tarea que tienen los maridos; ellos tienen que cuidar de sus esposas como jardines que tienen potencial para florecer. Ellos deben de nutrir el potencial de ellas y hacerlas más bellas y fructíferas que cuando las conocieron. La gente admira algunos maridos porque ellos cuidan de sus jardines bien. La forma en la que un hombre cuida su jardín es un reflejo del tipo de persona que es.

Los jardines traen belleza a los hogares; si el jardín es fructífero, entonces la familia estará nutrida con frutos sanos, vegetales y aire fresco. Sin embargo, si el jardín está lleno de espinos, habrá mucho dolor y parásitos en ese hogar. Muchos hombres casados se siente miserables y tristes, y a menudo se quejan de que sus esposas no les hacen felices. Sus esposas no pueden hacerles felices cuando ellos se sienten tristes y miserables; ellas solo pueden dar lo que reciben. Si eres un marido, tienes que poner lo que tú quieres recibir en tu esposa. Cuida de ella y hazla feliz; ella te hará feliz también. Antes de comprar una camiseta para ti, compra un vestido para ella. Si la llamas bruja y la maltratas, tienes que saber que tú la has vuelto así, porque cuando la cortejabas, la estabas llamando ángel. Fue después de que ella entrara a tu casa que ella se convirtió en una bruja.

Otra definición de agricultura, según el diccionario de Oxford, es el manejo y la conservación de los recursos. Muchos maridos no parece que vean nada especial en sus esposas; esos son los malos maridos. Un buen marido verá los potenciales en su esposa en forma de talentos y dones y la ayudará a manejarlos apropiadamente para que produzcan los mejores resultados. Como marido, en lo que se refiere a manejar los recursos de tu esposa, debes también manejar sus excesos y deficiencias; este es lo que se llama sanear o quitar la maleza, en agricultura. Aquellas deficiencias intentarán impedir que los talentos de ella florezcan, pero es tu deber como marido, identificar esas deficiencias y reducirlas al mínimo.

Un buen marido no se queja sobre las deficiencias de su esposa; el las maneja para asegurarse de que no impidan que los talentos y dones de ella florezcan. Un buen marido trabajará pacientemente con su esposa para superar sus deficiencias y potenciar sus talentos. Las mujeres importantes que hay ahí fuera tienen sus deficiencias, pero gracias a Dios que tienen buenos maridos. Ellas consiguen cosas grandes a pesar de ello, y hacen que sus maridos se sientan orgullosos.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, muéstrame todo lo que necesito hacer para recibir los milagros que tu has liberado para mi, y dame la gracia para hacerlos, en el nombre de Jesús.

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Amén