Memoriza: «Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.» Isaías 30:21
Lee: Juan 5:14 – 16
14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezra 8:15; 1 Corintios 5:1-13
MENSAJE
Uno de los beneficios de los que disfruto desde que le entregué mi vida a Cristo en 1973, es de la habilidad de escuchar a mi Padre hablarme a mí personalmente, empezó con el Espíritu Santo poniendo pasajes Bíblicos en mi corazón en el lugar de oración. Siempre que oraba sobre algún asunto, una Escritura venía a mi corazón de repente. Cuando estudiaba ese pasaje en particular, hablaba sobre ese asunto en particular sobre el que estaba orando. Esto continuó por un tiempo hasta que empecé a escuchar su pequeño susurro en forma de un testigo interior en mi espíritu. Algunas personas lo llaman intuición, pero el hecho es que, la intuición puede no ser correcta a veces. Sin embargo, las indicaciones del Espíritu Santo siempre son acertadas.
Ahora, puede escuchar la voz audible de Dios incluso en una habitación llena de gente. Tu vida será mucho más maravillosa si Dios te dice todo lo que debes hacer y comer, los lugares a los que no deberías ir, etcétera. Sin embargo, la única condición es que habites en Él constantemente. Esto se consigue estudiando Su palabra, orando en el Espíritu, y viviendo una vida de santidad.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, ayúdame a habitar en Ti, para que pueda escucharte en todo momento, en el nombre de Jesús.
COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén