Memoriza: «Pero sus sirvientes se acercaron a él y le dijeron: «Señor, si el profeta le hubiera pedido que hiciera alguna cosa difícil, usted la habría hecho. ¡Con más razón, debiera hacerle caso y meterse en el río Jordán para sanarse!» 2 Reyes 5:13
Lee: Mateo 15:22- 28
22 Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:
—¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!
23 Jesús no le hizo caso. Pero los discípulos se acercaron a él y le rogaron:
—Atiende a esa mujer, pues viene gritando detrás de nosotros.
24 Jesús respondió:
—Dios me envió para ayudar sólo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas.
25 Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo:
—¡Señor, ayúdame!
26 Jesús le dijo:
—No está bien quitarles la comida a los hijos para echársela a los perros.[a]
27 La mujer le respondió:
—¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.
28 Entonces Jesús le dijo:
—¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará.
Y en ese mismo instante su hija quedó sana.
BIBLIA EN UN AÑO: Isaías 64 – 66
MENSAJE
Dios no da milagros a la gente orgullosa. He notado que todo aquel que ha obtenido un milagro de parte de Jesús, se acercó a Él con humildad. El leproso de Mateo 8:2 – 3, le adoró, el centurión en Mateo 8:5 – 10 no envío a un mensajero sino que fue personalmente a pedirle que sanara a su sirviente, y la mujer en Mateo 15:22 – 28, prácticamente fue insultada por Jesús cuando Él la comparó con un perro, pero ella no se ofendió. Por otro lado, todo quel que podría haber obtenido un milagro por parte de Jesús pero no lo obtuvo, exhibió orgullo de una manera o de otra, especialmente las personas de Su ciudad natal (Mateo 13:54 – 58). La Biblia dice que Él solo pudo hacer unos pocos milagros allí.
Namán casi murió como leproso por culpa de su orgullo. Él fue al profeta para sanarse y le dijo que fuera y se lavara en el Río Jordán. Él se enfadó y quería volver a su país para morir como un leproso porque él pensó que un hombre de su calibre no podía lavarse en el Río Jordán. Gracias a Dios que sus sirvientes le hicieron entrar en razón.
A veces, durante el servicio del Espíritu Santo, Dios me da instrucciones que parecen infantiles. Porque soy un niño en Sus manos, le digo a la gente lo que Él dice, y aquellos que no son demasiado importantes como para obedecer las instrucciones infantiles, vuelven a testificar cómo obtuvieron su milagro después de obedecerle. Una vez, Dios me dijo que llamara a aquellos que había tenido dolor de espalda y que bailara alrededor de ellos. Esto era algo muy infantil, pero obedecí, y cuando acabé, sus dolores de espalda desaparecieron, y todos ellos podían agacharse y tocar las puntas de sus pies sin problemas.
Si eres demasiado orgulloso como para someterte al hombre de Dios, no puedes obtener tu milagro a través de él. Si eres demasiado importante como para llevar a cabo una instrucción porque parece por debajo de tu estatus social, entonces no puedes obtener un milagro. Debes de ser humilde delante del Dios Altísimo, si quieres disfrutar Sus milagros. me asombra la gente que consulta a doctores en humildad, contestando a todas sus preguntas y sometiendo sus cuerpos para ser examinados y tratados, pero cuando vienen a Dios, actúan de forma orgullosa, como si supieran más que Él.
PUNTO CLAVE: Si quieres un milagro de parte de Dios, debes de poner el orgullo de lado y venir a Él como un niño.
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Amén