Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

ESTÁ BIEN LLORAR

Memoriza: «Jesús se puso a llorar» Juan 11:35

Lee: Juan 11:39 – 44

Lázaro vuelve a vivir

38-39 Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo:

—Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.

40 Jesús le contestó:

—¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?

41 La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo:

«Padre, te doy gracias porque me has escuchado. 42 Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de todos los que están aquí, para que crean que tú me enviaste.»

43 Después de que dijo esto, Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!» 44 Lázaro salió de la cueva, totalmente envuelto en las vendas de lino con que lo habían sepultado. Su cara estaba envuelta con un pañuelo. Por eso Jesús les dijo a los que estaban allí: «Quítenle todas las vendas, y déjenlo libre.»

BIBLIA EN UN AÑO: 1 Crónicas 11:1-12:18 Hechos 28:1-31

MENSAJE

La sociedad nos hace pensar que los hombres no tienen emociones y nunca pueden sentirse abatidos por los desafíos. Sin embargo, Jesús nos mostró un ejemplo perfecto de un hombre que estaba siendo emocional cuando Su amigo, Lázaro, murió. Él había visitado a la hermana de Lázaro anteriormente en Lucas 10:38 – 42, donde compartió la palabra y comieron juntos. Jesús tenía un enorme corazón para todo el mundo, así que cuando Marta no creyó que Lázaro pudiera resucitar, Él lloró.

Recuerdo una vez que fui a un velatorio con un buen amigo que había perdido a su padre. Cuando llegamos allí, rompí a llorar y la gente empezó a decir. «Ah, no deberías estar llorando. Se fuerte por nosotros» Yo contesté, «Por favor, dejadme llorar porque incluso Jesús lloró».

Querido hijo, el Señor te hizo un ser humano con un corazón que está lleno de emociones. Son solo los malvados y los que no tienen corazón los que matan sus emociones. Sin embargo, cuando permites que el Espíritu Santo obre en tu corazón, estarás lleno de compasión hacia Dios, tu familia, y otras personas. Nunca sientas vergüenza por mostrar tus emociones con otras personas; esconder tus emociones o encerrarlas en como en una botella, no te hará más hombre.

PUNTO CLAVE: No llores solamente, se compasivo y valiente.

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Amén