Memoriza: «3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.» Éxodo 20:3
Lee: Mateo 6:25 – 33
El afán y la ansiedad
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
BIBLIA EN UN AÑO: Eclesiastés 5 – 8
MENSAJE
La ley de la prioridad establece que si pones la cosa adecuada en primer lugar, todo lo demás estará en su lugar. Jesús estableció la ley de la prioridad en Mateo 6:33. Cuando una persona busca otras cosas antes que a Dios, esa persona sufrirá, pero si busca primeramente a Dios, lo demás le será añadido.
Lo que priorizas determina la calidad de tu vida. Cuando recibes tu primera cosecha en cualquier campo debes de llevársela a Dios. Esto es una señal de que le honras y le pones a Él primero, y en consecuencia, las otras cosechas estarán aseguradas (Proverbios 3:9 – 10).
Muchas personas ponen al dinero antes que a Dios; esta es la razón por la cual experimentan penas que el dinero no puede resolver. Algunas personas adineradas no pueden dormir por la noche, y con gusto cambiarían su riqueza por tener paz y gozo. El problema está normalmente en qué o a quién priorizas. El hombre rico en Mateo 19:16 – 22 sabía que algo faltaba en su vida. Él había estado obedeciendo la ley y tenía mucho dinero, pero se sentía incompleto. Él acudió a Jesús por una solución, y le dijeron que su problema estaba en sus prioridades; él priorizaba el dinero por encima de seguir a Jesús.
Si Dios te dice que vendas lo que tienes, que te olvides de tus sueños, y empieces en el ministerio a tiempo completo, ¿lo harías? Tu respuesta determina si tu le pones a Él primero o no. Cuando analizas las Escrituras, aquellos que priorizaron a Dios fueron grandemente recompensados. Por ejemplo, las bendiciones de Abraham existen hasta el día de hoy porque Él priorizó a Dios por encima de todo, incluso por encima de su propio hijo (Génesis 21:10). Yo soy un ejemplo vivo de los beneficios de priorizar a Dios. Dejé mi exitosa carrera en la enseñanza y mi sueño de convertirme en el Vice Consejero más joven de Africa, para convertirme en Pastor General de una iglesia cuyos ingresos mensuales eran menos que mi salario, y todo porque Dios me dijo que lo hiciera. Hoy, el nombre de Adeboye es conocido por todo el mundo porque prioricé a Dios por encima de mis sueños.
Dios es un Dios celoso (Éxodo 34:14); Él no puede estar en segundo lugar en tu corazón. Cualquier cosa o persona que priorices por encima de Dios se convierte en un dios para ti. Dios dijo que no debemos de tener ningún otro Dios a parte de Él (Éxodo 20:3). Debes de amarle con todo tu corazón, tu alma y tu mente; este es el mandamiento más grande e importante (Mateo 22:37 – 38). Cuando haces esto, todo lo demás estará en su lugar en tu vida. Pon a Dios primero.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, te pondré a Ti primero en todas las áreas de mi vida. Por favor, nunca permitas que nada sea más importante que Tú en mi vida, en el nombre de Jesús.
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Amén