Memoriza: “Sean humildes delante del Señor, y él los premiará..” Santiago 4:10 (TLA)
Lee:Filipenses 2:3 – 8 (TLA)
3 no hagan nada por orgullo o sólo por pelear. Al contrario, hagan todo con humildad, y vean a los demás como mejores a ustedes mismos. 4 Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos. 5 Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo:
6 Aunque Cristo siempre fue igual a Dios,
no insistió en esa igualdad.
7 Al contrario, renunció a esa igualdad, y se hizo igual a nosotros, haciéndose esclavo de todos.
8 Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz!
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Crónicas 5:81 Hechos 26:1-32
MENSAJE
La humildad se refiere al estar vacío de orgullo y arrogancia. Proverbios 3:34 dice que la gracia de Dios será extendida a aquellos que son humildes delante de Él. En otras palabras, Dios da al humilde la habilidad de conseguir grandes cosas. Santiago 4:6 dice que Dios se opone al orgulloso.
¿Has escuchado alguna vez la historia del Faraón que se negó a permitir que los israelitas dejaran Egipto? Si las has escuchado, sabrás que es una cosa terrible que Dios esté en tu contra. Ese tipo de persona nunca prosperará, y estoy seguro de que tu quieres prosperar. En el nombre que está por encima de todo nombre, tu prosperarás.
Cuanto más humilde seas, más exaltado serás. Te convertirás en el favorito de Dios cuando te humillas y temes a Dios lo suficiente como para obedecer lo que Él dice. Una vez que el temor de Dios está en ti, Él te bendecirá con todo lo que necesites para llegar a la cima. La arrogancia trae destrucción, y es un atributo del diablo. Por la misericordia de Dios, tú no serás destruido, en el nombre de Jesús. Sin embargo, debes de ser humilde.
PUNTO CLAVE: Si quieres llegar a la cima, debes de ser humilde
COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén