Memoriza: «Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,» 2 Corintios 9:10
Lee: Malaquías 3:10 – 12
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
BIBLIA EN UN AÑO: Proverbios 15 – 17
MENSAJE
En los dos últimos días, he hablado sobre como puedes conseguir una cosecha de las semillas que siembras. Hoy, me centraré en las semillas que son sembradas en base a las instrucciones de Dios. ESte tipo de semillas van más allá de producir al ciento por uno, dan retornos ilimitados. En 1 reyes 17:8 – 16, cuando Eliseo le dijo a la viuda que trayera su última comida y ella obedeció, el resultado fue una provisión ilimitada de comida para toda su familia durante le hambruna. Cuando Dios te manda dar algo y tu le obedeces, Él derraba bendiciones ilimitadas sobre ti.
Cuando me convertí en Pastor General de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, todo el ingreso mensual de la iglesia era menos que mi salario mensual como profesor antes de que dimitiera. Para cuando conseguimos pagar los salarios de los empleados, normalmente no queda nada para mi. Las cosas eran difíciles, e hice el proceso para cobrar mi pensión porque había servido al gobierno por muchos años. Mi plan era invertir parte del dinero y quedarme con algo, esperando que antes de que acabara de gastar todos mis ahorros, la iglesia hubiera crecido hasta el punto en el que podía empezar a percibir un salario. Cuando la pensión vino, me acuerdo que Dios era entonces mi Comandante en Jefe, así que le preguntó como quería Él que gastara el dinero. Param i sorpresa, Él dijo que debía dividirlo en tres partes y dar cada parte a diferentes ministerio. Nada iba destinado al ministerio que yo encabezaba, aunque teníamos necesidades. Temblé cuando Él me dio esa instrucción, pero entonces, Él siguió diciendo, «Yo seré tu fuente de recursos». Obedecí, y desde entonces, Él verdaderamente ha sido my fuente.
En Malaquías 3:10, Dios ordenó que tu debes de traer el 10 por cien de tus ingresos a la Su casa y él abrirá las ventanas del cielo y derramará tantas bendiciones que no tendrás sufciente espacio para contenerlas. Esto es una bendición ilimitada que viene de obedecer tan solo una instrucción. Dios bendijo a Abraham y le dijo que Él sería su recompensa (Génesis 15:1). Imagina a Dios mismo siendo la recompensa de alguien; esto es una bendición ilimitada. Cuando examinas lo que sucedió después de eso, descubres que esta bendición vino después de que Abraham pagara su primer diezmo a Mequisedec en Génesis 14:18 – 20. Tu diezmo es una gran puerta a las bendiciones ilimitadas de Dios.
Cuando Dios te ordena dar, es una oportunidad para que experimentes bendiciones ilimitadas de parte de Él. No dejes pasar ese tipo de oportunidades.
PUNTO CLAVE: obedece todas las instrucciones de Dios en cuanto al dar, y experimentarás Sus bendiciones ilimitadas.
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Amén