Memoriza: “Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.” Mateo 13:18
Lee: 1 Reyes 17:8 – 16
Elías y la viuda de Sarepta
8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. 15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.
BIBLIA EN UN AÑO: Proverbios 12 – 14
MENSAJE
Ayer, hablamos sobre la importancia de asegurarse de que estás sembrando en buena tierra. Hoy, examinaré los retornos que debemos esperar de las semillas incluso cuando son plantadas en buena tierra. Primero, centrémonos en sembrar en la vida de un hombre o mujer de Dios.
“El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.” – Mateo 10:41
La jerarquía espiritual del hombre de Dios en el que estás sembrando, determinará el nivel de los retornos que obtendrás de tus semillas. Algunas semillas producirán al 30 veces más, otras 60 veces más y algunas 100 veces más. Tus semillas, quizás sean plantadas en buena tierra, pero cuanto más rica es la tierra, más fruto dará. En otras palabras, cuanto más nivel espiritual tenga la persona, más grande será el retorno cuando siembras en su vida. Esto no quiere decir que debes solo de sembrar en la vida de personas importantes de Dios. De hecho, hay algunos que llamamos “pequeños” hombres y mujeres de Dios que han llegado mas profundo en las cosas espirituales que algunas personas más famosas, la popularidad no es un test de espiritualidad. Si, es bueno sembrar en la vida de Obispos, los Pastores Generales y los Pastores Senior, pero tampoco debes de negar al pastor que está cerca de ti hoy, especialmente cuando Dios te manda a hacerlo.
Debo de mencionar que tus semillas son realmente sembradas para la honra de Dios y no del hombre. Solo puedes sembrar a través del hombre de Dios, pero aquel a quien realmente estás dando es al Dios que esa persona representa. Así pues, si solo siembras en las vidas de aquellos que has identificado como grandes hombres y mujeres de Dios, claramente estás tratando de manipular a Dios, y Dios no puede ser manipulado. Todos Sus hijos tienen necesidades, y si realmente te preocupas por Él cuando siembras tus semillas, entonces sembrarás en todo lugar que sabes que Él quiere cubrir una necesidad.
En Gálatas 6:10, la Biblia dice que debemos de hacer el bien con todas las personas, especialmente con aquellos de la casa de la fe. No ignores al hermano que lleva unos zapatos desgastados a la iglesia, mientras que estás cambiando el armario al completo de tu pastor. Si Dios te ha mostrado a ese hermano o hermana en necesidad, debes de cubrir sus necesidades para honrar al Dios que él o ella sirven.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Siembra en la vida de verdaderos hijos de Dios hoy.
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Amén