Memoriza: “El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.” Proverbios 12:15
Lee: 2 Crónicas 36:11 – 13
Reinado de Sedequías
11 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. 12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. 13 Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Reyes 10:32-12:21 Hechos 18:1-22
MENSAJE
Sedequías tenía 21 años cuando se convirtió en rey. Esto significa que él debía de haber tenido tan solo 10 años cuando su padre Josías murió. La Biblia nos dice en 2 reyes 24:17 y Jeremías 37:1 que el Rey Nabuconodosor de Babilonia hizo a Sedequías el siguiente rey de Judá . Sedequías gobernó por 11 años pero continuó todas las obras malvadas de sus hermanos y su sobrino, Jeolajim.
Aunque Sedequías perdió el trono dos veces cuando dos de sus hermanos y su sobrino fueron coronados, él finalmente recibió la administración del reino. Sedequías tuvo el beneficio de tener información de primera mano sobre los errores que cometieron sus hermanos y su sobrino. Él también escuchó un mensaje directamente de parte de Dios, a través de Jeremías, aún así, no se sometió al Señor. Como resultado, él perdió a sus hijos, su vista, su libertad, y al final, el trono.
Quiero que reflexiones sensatamente hoy: ¿en qué área de tu vida has sido corregido muchas veces, y aún así, sigues mostrándote obstinado? ¿Te ha condenado el Espíritu Santo por alguna actitud y te has negado a cambiar? Aprende de la vida de Sedequías y arrepiéntete hoy. Toma la decisión de ser mejor persona de ahora en adelante.
PUNTO CLAVE: Aprende de los errores de los demás y presta atención al consejo piadoso.
COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén