Devocional Cielos Abiertos

EL CASCO DE LA SALVACIÓN

Memoriza: « Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» Efesios 6:17

Lee: 1 Tesalonicenses 5:1 – 10

Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 43 – 49

MENSAJE

Hoy, continuaré mi enseñanza de la armadura de Dios, hablando sobre el casco de la salvación. Un casco, es una pieza de armadura que cubre la cabeza. Tu cabeza es una parte de tu cuerpo que puede ser usada para identificarte, como se evidencia en las fotos que se usan en las tarjetas de identificación o carnets de identidad. Llevar el casco de la salvación te identifica como un hijo de Dios y le dice al diablo que aparte sus manos de ti.

Desafortunadamente sin embargo, muchos creyentes se quitan su casco de salvación cuando llegan a ciertos círculos, no quieren que la gente sepan que son salvos. Ellos se conforman al mundo en vez de ser diferentes. Romanos 12:2 dice:

«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.»

Cuando un Cristiano se niega a identificarse como hijo de Dios, ese Cristiano se está quitando la protección en su cabeza, y esta es una parte delicada del cuerpo que resultará en muerte instantánea si se la golpea. Muchas personas pierden su salvación porque están intentando acoplarse al mundo. Guarda tu salvación intacta identificándote con valentía como hijo de Dios dondequiera que vayas.

La sangre de Jesús, la cual fue derramada en la cruz, es lo que nos da el regalo de la salvación. Aquellos que son salvos son de la luz y no de las tinieblas, como se ve en la lectura Bíblica de hoy. Así pues, debes de comportarte como un hijo de luz todo el tiempo. Mateo 7:16 dice que puedes identificar a aquellos que son salvos por sus frutos. Si empiezas a exhibir frutos que no son de Dios, no llevas puesto tu casco de salvación, y eso significa problemas porque, en el último día, cuando Jesús vuelva para llevar a los Suyos con Él, solo se llevará a aquellos que sigan llevando sus cascos de salvación puestos. No asumas que tu sigues llevando tu casco de salvación solo porque has estado yendo a la iglesia, o incluso porque eres un pastor. Revisa tu salvación todo el tiempo para estar seguro de que sigues en pie. 1 Corintios 10:12 dice que debes de prestar atención si piensas que sigues de pie, para que no tropieces.

PUNTO CLAVE: Tu casco de salvación te identifica como hijo de Dios. Asegúrate de que lo llevas puesto en todo momento.