Memoriza: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Santiago 1:22
Lee: Mateo 7:24 – 27
Los dos cimientos
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezra 8 – 10
MENSAJE
Santiago 1:22 – 25 nos dice que no debemos de ser tan solo oidores, sino también hacedores de la palabra de Dios. Dice que la gente que no son hacedores de la palabra están engañándose a sí mismos y tienen las cualidades para ser llamados insensatos. De acuerdo con nuestra lectura Bíblica de hoy, un insensato es una persona que escucha la palabra y no actúa en ella. Ese tipo de persona es como alguien que está construyendo una casa encima de la arena. Algunas de las personas que Dios ha llamado insensatos de acuerdo con Salmos 14:1 son aquellos que dicen que Dios no existe.
Si preguntara a muchos Cristianos si creen que Dios existe, seguramente dirían “Por supuesto”. La pregunta es, ¿porqué entonces son tan descuidados con Su palabra? Aquellos a los que Él llama insensatos son aquellos que no toman en serio Su palabra. Aquellos que no obedecen la palabra de Dios no no tienen el temor de Dios. Proverbios 1:7 dice que el temor de Dios es el principio del conocimiento. Si todos temiéramos al Dios Todopoderoso, no desobedeceríamos Sus palabras. Aquellos que desobedecen a Dios son insensatos.
Para algunas personas, su ideología es, “Yo obedeceré cuando quiera, de la forma que quiera, y solo la parte de la palabra que me convenga” Ese tipo de personas han perdido el temor de Dios. En Mateo 21:28 – 32, Jesús nos cuenta la historia del padre que le dijo a su hijo “Ve y trabaja en mi granja” El hijo le contestó, “No voy a ir”. Él después se arrepintió y fue. ¿Cómo puede ser que tu padre te de una instrucción y tu digas “No voy a ir”? Si hubieras sido criado de la forma que yo fui criado, con ese tipo de descaro, te llevarías algunas bofetadas sin duda. Con respecto al segundo hijo, el padre también le dio una instrucción, y él dijo que obedecería, pero no obedeció. Proverbios 25:19 dice que ese tipo de hijo es como un diente roto o un pie desencajado; alguien que te deja tirado en un momento crítico. Sin embargo, había un tercer hijo del que quizás no te hayas dado cuenta fácilmente en el pasaje; Él fue el que contaba la historia, Jesucristo mismo fue el Hijo que dijo, “Yo iré” y fue (Isaías 6:8). En Mateo 26:39, este mismo Hijo dijo, “…. no mi voluntad, sino la tuya”
Que tu disposición para la palabra de Dios sea siempre “No mi voluntad, sino la tuya”. Mi oración es que tu siempre hagas la voluntad de Dios, como Jesucristo.
PUNTO CLAVE: Obedece la palabra de Dios a tiempo y por completo, en todo momento, tanto si te conviene como si no.