Memoriza: «Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.» 1 Corintios 6:12
Lee: Romanos 6:1 – 23
Muertos al pecado
6 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Siervos de la justicia
15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Crónicas 8 – 11
MENSAJE
Hoy discutiremos la segunda cualidad que hace que los cebos del diablo sean efectivos. El diablo usa cebos que son placenteros a los ojos y el gusto para hacer que la gente caiga en su trampa. Por ejemplo, Eva consideró que la fruta prohibida era agradable a sus ojos y buena para comer cuando el diablo la tentó con ella (Génesis 3:6). Presentar el pecado como algo placentera es un truco del diablo para atrapar a las personas, y todo creyente debe ser cauteloso con esto.
Si una persona es controlado por sus sentidos físicos, se volverá vulnerable al cebo del diablo. Esta es la razón por la que debes de morir a la carne. Cuando la gente siempre quier satisfacer su carne, no será capaz de controlar sus deseos sexuales, sus hábitos de alimentación, etcétera.
Lo más peligroso sobre que el cebo del diablo sea agradable para el gusto, es que si la persona que lo prueba una vez, puede volverse difícil parar, como comentaba hace tres días. La clave para evitar el cebo es no probarlo en absoluto. Si, parece atractivo, pero no debes ni acercarte a él. Un proverbio africano dice, «Lo que no debes comer, no debes oler»
Pregúntale a cualquiera que es adicto a algo malo, y te dirán que todo empezó probándolo una vez. Aquellos que se masturban solo lo probaron una vez, y cuando vieron que no les pasaba nada, lo hicieron otra vez y otra vez, hasta que se dieron cuenta de que se habían vuelto adictos. Aquellos que son adictos al alcohol, normalmente empiezan como bebedores casuales antes de convertirse en personas que beben mucho. Cuando la trampa les atrapa, y muchas de esas personas cuando vuelven la vista al pasado, se arrepienten de aver probado el cebo del enemigo. Si una trampa es preparada por el cazador y te mantienes alejado del cebo, no serás cazado.
Durante la guerra civil en Nigeria, había un eslogan que usaba una de las partes del conflicto: «El precio de la seguridad es vigilancia constante» Por favor, mantente lo más alejado que puedas del cebo del diablo. Si eres adicto a un hábito pecaminoso, necesitas el poder del Dios Altísimo para liberarte de ello. Busca ayuda de personas llenas del espíritu de Dios y quizás quieras también consultar a un profesional consejero Cristiano para liberarte de esa adicción.
Por la gracia de dios, no te convertirás en la presa del diablo, en el nombre de Jesús.
PUNTO CLAVE: No pruebes el cebo del diablo.