Memoriza: «Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.» Proverbios 3:5
Lee: Proverbios 3:5 – 8
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
7 No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
8 Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Crónicas 10 – 12
MENSAJE
Muchas personas que dicen confiar en Dios con todo su corazón, sorprendentemente dependen de su propio entendimiento e intentan arreglárselas por ellos mismos en la vida. La cuestión sin embargo es, ¿cómo de profundo es tu entendimiento? ¿Entendemos tanto como Dios? Debes de entender que dos capitanes no pueden estar a cargo de un barco al mismo tiempo. O bien dejas que Dios tome las riendas de tu vida, o le dejas a Él al margen. No puedes estar en el asiento del conductor y acordarte de Dios solo cuando estás en problemas; debes de confiar en Él totalmente y depender de Él para todo. Si realmente eres un hijo de Dios, debes de dejarte guiar por Él siempre (Romanos 8:14).
Confiar en Dios no es algo fácil de empezar a hacer; Él trabajará en ti, y mientras te guía, Él te moldeará y te dará forma para llegar a ser una mejor persona. Cuando confías en Dios para que te guíe, todo lo que tocas prospera. Abraham fue un hombre que confío en Dios por completo, y prosperó grandemente. Él dejó todo lo que había conocido por la tierra que Dios dijo que le mostraría. Él se fue sin ningún plan, estaba decidido a confiar en Dios durante todo el camino. Poco después, él se hizo tan grande que tenía 318 hombres viviendo bajo su techo, que podían ir a la guerra con él (Génesis 14:14). Él era tan rico que rechazó el regalo de un rey para que él rey no se otorgara la gloria por su prosperidad.
Cuando confías en alguien, no haces preguntas innecesarias. Cuando subes a un avión, confías en que el piloto sabe lo que está haciendo y en que te llevará a tu destino a salvo; no pides ver su licencia o inspeccionas las condiciones del avión. Si puedes confiar en los seres humanos con tu vida hasta ese punto, ¿cuánto más en el Dios Altísimo?
Aprendí a confiar en Dios muy pronto en mi caminar Cristiano porque mi maestro de escuela dominical me enseño que si un hijo está en un lugar alto y su padre le pide que salte, él no hará preguntas porque sabe que su padre le atrapará. En el momento en el que entendí eso, empecé a confiar en Dios tanto que una vez Él dijo, «Salta», salté sabiendo que Él me atraparía. Todo lo que hemos conseguido en la Iglesia Cristiana Redimida de Dios hasta la fecha, está puramente basado en confianza. Cuando Él dice muévete, yo me muevo. Sin cuestionarlo.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Confía en Dios con todo tu corazón y deja de depender de tu propio entendimiento.