Memoriza: «Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.» 2 Reyes 2:24
Lee: Números 20:1 – 13
Agua de la roca
20 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.
2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! 4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber. 6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos. 7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.
10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? 11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. 12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. 13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Reyes 6 – 7
MENSAJE
¿Quieres tener mucha unción? Aquel que genera la unción tiene más que suficiente para todo el mundo. Salmos 23:5 dice, «Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.» Él tiene más que suficiente para todo el mundo, pero ¿estás dispuesto a pagar el precio? ¿Estás dispuesto a pasar por los desafíos que vienen con estar ungido? Hebreos 1:9 dice que si amas la justicia y odias la iniquidad, Dios te ungirá con el aceite de alegría por encima de tus compañeros.
Ayer, mencioné algunos beneficios de estar ungido, pero también es importante tener en cuenta que la unción también viene con algunos desafíos. El mayor desafío de estar ungido es que el poder puede corromper, y el poder absoluto corrompe de manera absoluta. Cuanto más ungido esetés, más cuidadoso tienes que ser, por la tendencia a abusar del poder. En Números 20:1 – 13, especialmente en el versículo 10, Moisés dijo al pueblo, «¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? «
Solo unos minutos antes de eso, él estaba postrado sobre su rostro delante de Dios, pidiendo una solución al problema. En el momento en el que Dios le dijo que hacer, él se volvió al pueblo que le había provocado, les llamó rebeldes, y habó como si el poder de sacar agua de una roca fuera suyo y no de Dios. En el versículo 12, Dios dice que porque él no le santificó a los ojos del pueblo, él no entraría en la tierra prometida.
Siempre les he dicho a mis pastores en la Iglesia Cristiana Redimida de Dios que nadie debe de sentirse nunca como si hubiera sanada a alguien. Tú solo ni siquiera puedes sanar una rata. Es Dios quien sana, y tu solo eres una vasija a través de la que la sanidad sucede. Debes siempre de ver eso como un privilegio. Puesto que el poder para hacer milagros no es tuyo, Dios puede usar a cualquier otra persona para hacerlo. Un hombre de Dios una vez dijo que si le quitabas a Dios, quedaría muy poco en él. Me sorprendí porque, si quitas a Dios de mi, no habrá absolutamente nada.
Amado, nunca te olvides de que sin Dios no eres nada. Cualquiera que piensa que puede ser algo sin Dios claramente está de camino a la destrucción. No importa lo ungido que estés, nunca te permitas pensar que eres todopoderoso. Asegúrate de que te mantienes humilde.
PUNTO CLAVE: Nunca te olvides de es Dios quien obra los milagros y no tu.