4. ¿A quién sigues? ¿Haces la voluntad de Dios?
Este es otro tema que tocamos en la escuela del Espíritu Santo. En estos últimos tiempos, Dios quiere entrenar a sus hijos personalmente, como anunció en Isaías 2:2-3 y en Miqueas 4:1-2 y Hebreos 8:10-11. Dios quiere enseñarnos Él mismo para que ninguno de nosotros no sea arrebatado. La forma como van las cosas en nuestras iglesias y reuniones ya no agrada al Señor. Hemos transformado la casa de Dios en un lugar de negocios y comercio. ¿Sabes por qué? Porque ahora estamos en los tiempos de la iglesia de Laodicea, la que hablaba de dinero y materialismo en su mensaje. Una iglesia ciega, desnuda, ¡y que no sabe que lo está! (Apocalipsis 3:17)
Si seguimos así, podemos acabar en el infierno, el día del juicio. Para salvar nuestras almas, Dios ahora quiere acercarnos a Él, para limpiarnos y purificarnos, y para enseñarnos Su verdadero camino en la vida, que Él ha llamado el “camino estrecho”. Solo los que andan por este camino estrecho llegarán al cielo. Los que siguen otros caminos perecerán, y así lo dice Jesús (Mateo 7:13-14). ¿Y qué quiere decir por “camino estrecho”? Camino estrecho significa seguir la voluntad de Dios. Los que siguen Su voluntad en sus vidas están andando por el camino estrecho. Pero los que siguen sus propios planes (por ejemplo. voluntad-propia), o los que siguen la voluntad de otras personas, están siguiendo el camino ancho. Los creyentes que sigan el camino ancho irán al infierno, dice Jesús (Mateo 7:21-23). Dios no escuchará excusas ni explicaciones ese día. Es su voluntad, o nada.
La escuela del Espíritu Santo, por lo tanto, es parte del esfuerzo que hace Dios para ayudarnos a conocer Su voluntad, y para andar en ella, para que nuestras almas no perezcan.
Ahora, ¿qué voluntad seguirás? ¿La de Dios o la tuya? Deberías saberlo si lo piensas bien. Jesús dijo que su alimento es hacer la voluntad de aquel que le envió, Dios (Juan 4:34). ¿Cuál es tu alimento? ¿Hacer la voluntad de Dios o hacer tu propia voluntad?
Puede que la obra que estés llevando acabo ahora sea buena, pero ¿quién te la ha asignado? ¿Dios o el hombre? Mateo 7:21-23 nos muestra lo peligroso que es hacer una obra que no nos haya asignado Dios. Jesús dijo que no es la obra en sí lo que importa. Lo importante es de quién es la voluntad que estamos siguiendo.
Ahora pues, ¿sabes exactamente lo que Dios tiene para tu vida? Dios tiene planes específicos para Sus hijos. ¿Conoces el tuyo? ¿Conoces el plan específico de Dios y sus propósitos para tu vida? ¿O estás ocupado plantando aquí y allá, pensando que cualquier obra que hagas en nombre de Dios será aceptable para Él? ¡Esto no es cierto!
¿Quieres saber la voluntad perfecta de Dios para tu vida? ¡Obrar en cosas que no sean su voluntad perfecta es la causa de los problemas que sufren estos días la mayoría de los cristianos! Y ha llegado la hora para poner las cosas en su sitio en nuestras vidas. Debemos buscar Su voluntad, y hacerla, para no ser rechazados el último día, como los trabajadores en Mateo 7:22;23!
Entonces, ¿cómo podemos saber cuál es Su propósito para nosotros? ¡Manteniéndose cerca de Él! No podemos saber cuál es la voluntad de ninguna persona a no ser que nos lo diga. Pero ninguna persona revela su voluntad y sus planes a las personas que no son cercanas a él. De la misma manera, Dios no va revelando su voluntad a cualquiera que vea. Dios también guarda sus planes y se los cuenta solo a quienes están cerca de Él.
Es aquí donde entra la escuela del Espíritu Santo. No hay otra manera de meternos en la mente de Dios si no es pasando tiempo con él, a solas. A medida que vayas pasando un tiempo con Él a solas cada día, empezará a revelarte Su voluntad. También te guiará, paso por paso, hasta que hayas cumplido por completo con su voluntad. Esta es la única manera de encontrar la felicidad, ¡justo al final de este viaje!
Pídele hoy que te muestre Su voluntad en tu vida, ¡para que puedas encontrar la felicidad al final del camino! En eso consiste la escuela del Espíritu Santo.