Memoriza: «No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.» Salmos 105:15
Lee: 2 Reyes 1:9 – 12
9 Luego envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a donde él estaba; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. 10 Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta.
11 Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló y dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto. 12 Y le respondió Elías y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Samuel 20 – 22
MENSAJE
Cuando la unción se maneja de manera positiva, sus efectos son similares a cuando manejamos la electricidad positivamente. Cuando la electricidad se maneja adecuadamente, puede producir luz y calor, así como el microondas, pero cuando se maneja sin cuidado, puede destruir.
Cuando se maneja de la manera correcta, la unción puede destruir yugos, de acuerdo con Isaías 10:27. Sin embargo, cuando se maneja de la manera incorrecta, puede matar. Si una personas juega con la electricidad puede electrocutarse.
En 2 Reyes 1:9 – 12, el rey envió a algunos soldados para arrestar a Elías, y el capitán encontró al hombre de Dios sentado en una montaña. El capitán ordenó, «Hombre de Dios, baja» Elías contestó, «¿Así que sabes que soy un hombre de Dios, y aún así me hablas de esa manera? Quémate!» De inmediato, fuego cayó desde el cielo y quemó al capitán y a todos sus soldados. Cuando el rey esperó y vio que los 51 soldados no volvían con su capitán, envió a otros 50 soldados con su capitán. Cuando el capitán llegó allí, vio las cenizas en el suelo. Cuando fue a hablar con Elías este capitán fue aún más rudo que el anterior y dijo, «Hombre de Dios baja aquí enseguida!». Otra vez, Elías los hizo cenizas. Cuando la gente menosprecia la unción, puede costarles la vida.
Hace unos años, cuando los militares gobernaban en Nigeria, el entonces cabeza militar del estado quería convertirse en un gobernante democrático. Sus consejeros espirituales le dijeron que lo que él quería hacer no iba a tener éxito por culpa de un hombre llamado Adeboye, que siempre oraba porque el país, en el Campo de Redención (ahora la Ciudad de Redención=. Estaba en el campo cuando uno de mis hijos que tuvo el privilegio de escuchar la información, vino y dijo, «Padre, tienes que viajar rápidamente, vienen a por ti». Aunque soy ungido, estaba preocupado. Afortunadamente, mi mujer no estaba ahí cuando me dieron el mensaje. Después esa misma noche, le dije a mi mujer que quería ir a orar. Mientras que estaba orando, Dios me habló, y me dijo, «No te preocupes por él, ya me he encargado de la situación»
Aunque era el mes de junio, Dios me dijo que le dijera a la gente que se desearan los unos a los otros un Feliz Año Nuevo durante el servicio del Espíritu Santo. El servicio del Espíritu Santo fue un viernes, y para el domingo, la cabeza militar fue quitada de manera permanente.
No juegues con la unción. Uno de los grandes errores que hacemos en Navidades es que tendemos a familiarizarnos con la unción. Cuando la gente encuentra a una persona ungida de Dios que es humilde, hay una tendencia a ser demasiado confiado con la persona, y esto puede ser peligroso.
PUNTO CLAVE: Nunca te confíes demasiado con la unción.