Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

EVANGELISMO: DEL CONOCIDO AL NO CONOCIDO

Memoriza: «porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.» Hechos 17:23

Lee: Hechos 17:22 – 28

22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 23:1-25:19 Lucas 10:13-37

MENSAJE

En la lectura Bíblica de hoy, Pablo quería ganar a una comunidad para Dios. Él se dio cuenta de que la gente ya había levantado un alta dedicado al «Dios no conocido», así que decidió empezar por ahí. Cuando quieres pescar un pescado, necesitas cebo para atraerlo a la red o el anzuelo; esto se similar al evangelismo. Para alcanzar a la gente con el mensaje del evangelio, encuentra un posible punto de interés, y ellos se sentirán cómodos contigo.

Recuerdo a un colega mio en la universidad de Lagos, que tenía un desafío académico. Un día, me acerque a él y le dije cómo recibí ayuda para mi tesis de doctorado. Entonces él me preguntó «¿Quién te ayudó?» Le contesté, «El Profesor Emmanuel. Él me dijo que separara mis teorías para resolverlas independientemente y juntar las respuestas para terminar la ecuación» Mi colega sentía mucha curiosidad por. conocer a ese profesor tan sabio, y así fue como conseguí llamar su atención. Para cuando terminé de explicarle que Jesús me mostró la respuesta a mi tesis a través de la partición del Mar Rojo en el libro de Éxodos, él ya había entendido quien era el Profesor Emmanuel. Hoy en día, por la gracia de Dios, mi colega ha nacido de nuevo.

PUNTO CLAVE: Acércate a un nuevo convertido desde su área de interés, y entonces el Espíritu Santo hará el resto.