Memoriza: “La mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria.” Proverbios 12:24
Lee: Hechos 28:1 – 6
Hechos 28:1-6Reina-Valera 1960
Pablo en la isla de Malta
28 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. 2 Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío. 3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. 4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. 5 Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. 6 Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 5 – 8
MENSAJE
Cuando me di cuenta de que si Dios no me hubiera encontrado, me hubiera quedado siendo un profesor universitario de camino al infierno, decidí no ser un Cristiano corriente. Un matemático que no quiere ser alguien corriente estudiará a aquellos que destacaron y llegaron a la cima, como Pitágoras y otros grandes matemáticos. Como no quería ser un Cristiano corriente, pasé tres años estudiando algunas personas que Dios usó poderosamente. Una de esas fue Elías, si has escuchado mis serios y sermones titulados, “Yendo hacia lo alto” (puedes encontrarlos en el canal de televisión Dove, o en el canal de Yotube), sabrás que que pasado mucho tiempo estudiando a Elías. También estudié a Pablo porque él era un académico, un profesor de la ley que entró en el ministerio como yo, y acabó bien. Averigüé que de acuerdo con 2 Timoteo 4:6 – 8, él era un hombre diligente.
Pablo fue diligente en toda las facetas de su vida. En Hechos 28:1 – 6, cuando hubo un naufragio en la isla de Malta, mientras todos se reunián alrededor del fuego por causa del frió, era Pablo quien había ido a buscar leña. En los primeros años, durante las convenciones de la Iglesia Cristiana Redimida de dios, mis chicos y yo solíamos ir a por leña para las convenciones. También lavábamos los platos y hacíamos otros trabajos con gozo. Siempre que era tiempo de lavar los platos y alguien quería quitarme el estropajo, le decía. “Lava tu porción de platos, déjame lavar la mía”. Las manos que no pueden trabajar para el reino no pueden curar al enfermo. cuando un programa se da en tu iglesia, no evites trabajar. Ensúciate las manos, y te sorprenderás de cómo la unción empezará a fluir a través de tus dedos.
Muchos de los Asistentes de Pastores Generales de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios fueron mis chicos en esos días. Esto es porque son aquellos que supieron ser diligentes cuando estabas empezando, que puedes confiar en que permanezcan diligentes cuando tú tienes éxito. He visto a gente acosejar que hay muchas personas con un gran llamado hoy en día. Quizás tengan un llamado, pero ¿han sido probados? Tu llamada nunca es suficiente para. tener éxito. ¿Podemos ponerte a cargo de algo e irnos a dormir sabiendo que tu harás el trabajo que ha de hacerse? Solo aquellos que son diligentes pueden dar fe de su llamado.
PUNTO CLAVE: Un llamado sin diligencia no dará ningún éxito.