Memoriza: “ Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.” Juan 8:35
Lee: Éxodo 33: 12 – 17
12 Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. 13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. 14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. 15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. 16 ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 14 – 15
MENSAJE
Un hijo habita en la casa de Dios, él no viene y va, él habita en la presencia de su Padre. Muchas personas vienen y se van de la presencia de Dios. Los hijos son aquellos que permanecen en Su presencia; dondequiera que van, se aseguran de que Su presencia vaya con ellos.
¿Cómo permaneces en la presencia de Dios? Primero, no bromeas con tu tiempo a solas con Él. Esto es cuando es solo tu y él en la mañana, conversando. Eso es cuando estudias tu Biblia y oras. Debes de empezar tu día con Él y convertirte en adicto a hablar con Él todas las mañanas. Más allá de eso, no tomes ninguna decisión sin primeramente preguntarle a Dios por su opinión. Debes de preguntarle sobre qué ropa ponerte, que ruta tomar de camino al trabajo, y todo lo demás. Cuando vives básicamente según Su voz, estás habitando en Su presencia continuamente. Salmos 10:4 dice que aquellos que no tienen a Dios en todos sus pensamientos son orgullosos y malvados.
Dios debe de estar en todos tus pensamientos. El debe de ser la motivación detrás de todo lo que hagas. Todo lo que haces debe de hacerse para Su gloria. 1 Corintios 10:31 dice:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”
Un hijo siempre está buscando glorificar el nombre de su padre. Él nunca quiere hacer nada que haga que la gente diga “Y tu te haces llamar hijo de Dios” Por lo tanto, él vive consciente de quien es. Él no hace nada que esté fuera de la dirección de su Padre, porque él nunca quiere dejar la presencia de su Padre.
Cuando lees Marcos 15:34 – 37, veras que fue cuando Jesús vio que el Padre le había abandonado que él abandonó su cuerpo. él podía llevar la pena siempre y cuando Dios estuviera con él, pero el momento en el que vio que Él ya no estaba en la presencia de Su Padre, rindió su cuerpo. Así de adicto debes de estar tu a la presencia de Dios. Si eres un hijo de Dios, habitar en Su presencia debe de ser como respirar para ti.
REFLEXIÓN: ¿Cómo de apegado estás tu a Aquel al que llamas tu Padre?