Memoriza: «Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.» Mateo 3:17
Lee: 1 Juan 3:8 – 9
8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 11 – 13
MENSAJE
Ayer, dejé clara la diferencia entre ser un hijo de Dios y un siervo de Dios. Estoy seguro de que tu elegirás convertirte en un hijo de Dios en vez de un siervo. ¿Cómo entonces, puedes convertirte en un hijo de Dios?
Ser un hijo de Dios requiere que tu cumplas con algunas obligaciones. Un hijo es el principal participante de cualquier cosa que el padre hace. Él toma cualquier cosa que pertenezca al padre como suyo porque él no es un siervo sino un hijo. Juan 10:12 dice que el asalariado (siervo) no dará su vida por la oveja, pero Jesús, el HIjo de Dios, dio su vida por la oveja. De la misma forma, debes de estar preparado para gastar y ser gastado por la salvación de las personas en la tierra. No hay nada que te deba resultar difícil hacer, para que la gente no perezca en el infierno. Un siervo puede ver las almas morir y dar la espalda, pero un hijo no; un hijo saldrá fuera a predicarles el evangelio hasta que ellos den sus vidas a Cristo y se mantengan firme en el Señor. Si no eres un ganador de almas incurable, tu status de hijo está en duda.
Un hijo se parece a su padre. Solo hace lo que él ve a hacer al padre. Por eso 1 Juan 3:9 dice:
«Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.»
Los verdaderos hijos de Dios odian el pecado. No te preocupes de aquellos que te dicen que una vez que has dado tu vida a Cristo, puedes seguir cometiendo pecado – son unos mentirosos. Los verdaderos hios de Dios tienen la semilla de Dios dentro de ellos, y esa semilla hace difícil para ellos pecar. Si caen en pecado, esa semilla empieza a morderles, y enseguida se arrepienten de lo que han hecho. Vuelven a su Padre, como haría un verdadero hijo, y suplican perdón. Nadie puede seguir cometiendo pecado a propósito y decir que es un hijo de Dios – esa persona es un mentiroso. Un hijo que no se parece a su padre es llamado bastardo.
Está registrado que Jesús amaba la justicia y odiaba la iniquidad (Hebreos 1:8 – 9). Si realmente eres un hijo de Dios, odiaras el pecado y amaras la justicia por causa de Su semilla en ti.
PUNTO CLAVE: No puees permanecer en pecado y decir que eres un hijo de Dios.