Devocional Cielos Abiertos

PROPÓSITOS DEL NUEVO AÑO II

Memoriza: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.»Mateo 7:7

Lee: 2 Reyes 2:19 – 22

19 Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. 20 Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron. 21 Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. 22 Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.

BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 9 – 12

MENSAJE

Empecé a compartir lo que quizás tú conozcas como «Propósitos del Nuevo Año» ayer, y hoy, estaré hablando sobre el segundo propósito en mi lista. Este año, abriré mi boca y le diré a Dios exáctamente como están las cosas conmigo. He descubierto desde la experiencia, que muchas personas se han vuelto expertas en pretender que todo está bien cuando no lo está, incluso delante de Dios, Aquel que lo sabe todo.

En nuestra lectura Bíblica de hoy, los hombres de Jerícó revelaron el verdadero estado de su ciudad a Eliseo y Dios usó al profeta para poner fin al problema de su tierra. Piensa en ello, aunque Elías, el padre espiritual de Eliseo caminó entre el pueblo de Jericó por años, no se registra en la Biblia que le informaran de los problemas por los que estaban pasando. Ellos sufrieron por tanto tiempo porque se quedaron callados!. Este año, he decidido que no voy a sufrir en silencio. Voy a contarle al Dios Todopoderoso mis problemas; voy a decirle todo porque se que Él los resolverá todos. No esperaré hasta que esté a punto de perder cosas que aprecio antes de clamar como hizo la viuda en 2 Reyes 4:1 – 7.

Visité a uno de mis tíos hace muchos años y su esposa me sirvió una bola de puré de ñame que era tan pequeño como el puño de un bebé. Si mi intención hubiera sido estar solo un día no hubiera dicho nada, pero yo iba a estar ahí una semana y ese ñame tan pequeño no me iba a llenar la tripa en absoluto. Era muy joven y tenía un apetito saludable. Así que, la llamé, «Perdone señora, ¿soy bienvenido aquí?» Ella dijo, «Si, por supuesto que lo eres». Le dije, «en ese caso, este ñame no me alcanza; por favor permíteme comer un poco más». Ella fue a su habitación, y yo no sé lo que le dijo a su marido, pero escuché que ellos se estaban riendo. No me importó, siempre y cuando ella volviera con más ñame por mi estaba bien.

Este año, asegúrate de que no pretendes lo que no es delante de Dios. Dile exactamente donde te aprieta el zapato. Haz como yo, y decídete a pedir Su ayuda más que nunca antes y Él ciértamente te contestará. (Mateo 21:22).

PUNTO CLAVE: Deja de sufrir en silencio, cuéntale a Dios todas tus necesidades este año.