Devocional Cielos Abiertos

LOS PELIGROS DE LA FAMA

Memoriza: Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.” 1 Samuel 15:30

Lee: 1 Samuel 15:24 – 30

24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, 25 y vuelve conmigo para que adore a Jehová. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y este se rasgó. 28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. 29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. 30 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 Tesalonicenses 1 – 3

MENSAJE

La fama es algo que muchas personas persiguen sin realmente saber lo peligroso que es. Una vez que están en el punto de mira, tienes que tener mucho cuidado. Tienes que vigilar cada movimiento porque la gente te está observando. A veces cuando vamos a un evento y tengo que sentarme en la mesa de los destacados, mi conductor dice, “Tú te sentarás en la mesa de los destacados, y nosotros en la mesa donde se puede comer”. Aquellos que están en la mesa de los destacados, aunque tienen hambre, siempre actúan como si no la tuvieran. Incluso si comen, solo será un poquito, y con mucho cuidado porque todos los ojos están puestos en ellos.

Cuando eres famoso, es como si estuvieras en una mesa de los destacados todos los días de tu vida y creo honestamente que no hay nada como que uno sea libre de hacer lo que quiera sin que nadie te esté mirando. Cuando eres famoso, no puedes ni siquiera salir a pasear o jugar en lugares públicos como cualquier otra persona.

Uno de los peligros de ser famoso es que la gente tiende a olvidar que los famosos también son seres humanos. Le doy gracias a Dios porque nunca he perseguido la fama, así que normalmente me muestro que soy tan humano como cualquier otra persona. Sigo comprando plátano asado de vez en cuando por la calle. Últimamente se ha vuelto más difícil hacer esto por culpa de los vehículos de escolta, pero lo sigo haciendo tanto como me es posible, sin importarme quien está mirando. No voy buscando la fama, así que lo que piensen los demás es problema de ellos.

Cuando eres famoso la gente espera más de ti que de cualquier otra persona no conocida, y si no tienes cuidado, no querrás decepcionarles. No persigas la fama; aunque pueda parecer muy interesante, viene con muchos problemas. La fama puede venir al cumplir tu tarea en la tierra, pero no debe de ser tu objetivo.

Aquellos que van persiguiendo a las personas, para conocerlas y agradarles todo el tiempo, tienden a meterse en problemas. En nuestra lectura Bíblica de hoy, el rey Saúl se metió en problemas con Dios porque él quería quedar bien ante los ojos de la gente.

La única persona a la que debes de complacer es a Dios.

PUNTO CLAVE: Perseguir la fama te meterá en problemas.