Devocional Cielos Abiertos

LOS EFECTOS DEL NO PERDONAR

Memoriza: «Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.» Mateo 6:12

Lee: Mateo 18:21 – 35

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Los dos deudores

23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 Tesalonicenses 1 – 3

MENSAJE

Una vez escuché la historia de un profesor que pidió a sus estudiantes que compraran tomates frescos y los llevaran a la escuela. Los estudiantes hicieron lo que les dijo, y el profesor les pidió que pusieran los tomates en sus mochilas y se fueran a todas partes con ellos. Después de unos días, los estudiantes empezaron a quejarse del olor de los tomates podridos en sus mochilas y de lo que cansados que estaban de ir con eso por ahí. El profesor entonces les dijo que los tomates podridos significaban la gente que les habían ofendido, pero que se habían negado a personar: la mochila era su corazón, y el olor era lo que emanaba de ellos cuando se negaban a perdonar.

El Espíritu Santo no puede estar en un corazón podrido, y si Él no está ahí, un espíritu maligno tomará su lugar, ¿permitirás que un espíritu maligno habite en ti?

Si el Dios Todopoderoso puede perdonarnos una y otra vez cuando pecamos, nosotros también deberíamos hacer lo mismo. ¿Tienes un diario donde apuntas los nombres de aquellos que te han ofendido, y sus ofensas? Necesitas destruir ese diario hoy mismo y dejarlo estar.

PUNTO CLAVE: Tú también puedes perdonar, de la misma manera que Dios tu Padre te perdona a ti. Es simple.