Memoriza: «Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento.» Salmos 75:6
Lee: 1 Samuel 13:8 – 14
8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
BIBLIA EN UN AÑO: Romanos 8 – 10
MENSAJE
Hay diferentes tipos de promociones. Cuando un ser humano te promociona, no te alegres demasiado porque es algo temporal. Sin embargo, cuando Dios te promociona, tu realmente has sido promocionado. Incluso si te conviertes en presidente de un país como los Estados Unidos, solo puedes mantenerte en esa posición un máximo de 8 años. Cuando el hombre te promociona, es algo temporal, solo Dios da una promoción real en la que nadie puede interferir.
Ahora que sabemos que el único camino para progresar realmente en la vida es ser promocionado por Dios, entonces necesitamos averiguar cual es Su criterio para esta promoción. Dios promocionó a David de ser un pastor de ovejas a convertirse en rey de Israel por una simple razón – David estaba totalmente entregado a la voluntad de Dios (Hechos 13:22). David no era un hombre que discutía con Dios. Con David, los deseos de Dios eran como órdenes. La razón por la que Dios le dio a Jesús un nombre que está por encima de cualquier otro nombre está en lo que Él dijo en Juan 4:34; «…Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.»
En el Jardín de Getsemaní, Jesús deseó que la copa de sufrimiento por los pecados del mundo le fuera quitada, pero Él le dijo a Dios, » pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.» (Lucas 22:42). Cuando Jesús estaba enseñando a Sus discípulos a orar, uno de los puntos de oración que Él mencionó fue: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.» (Mateo 6:10).
Dios quiere que Su voluntad se haga en la tierra así como en el cielo. Por lo tanto, cuando Él ve que alguien está dispuesto a hacer Su voluntad, Él lo promociona a una posición de autoridad. Dios promociona a alguien porque la persona empezó a servirle en humildad y sumisión, pero si en el camino, esa persona empieza a no hacer caso a las instrucciones de Dios, esa persona puede ser degradada de inmediato. Eso es lo que le sucedió a Saúl en 1 Samuel 15:24 – 28. Saúl empezó bien, pero en algún momento, él pensó que era más importante complacer a la gente que hacer la voluntad de Dios. Algunas personas le han estado pidiendo a Dios que les promocione, pero no les importa cual es Su voluntad. La promoción solo vendrá cuando tu te rindas completamente a la voluntad de Dios.
PUNTO CLAVE: Si realmente quieres ser promocionado por Dios, debes de entregarte por completo a Su voluntad.