Memoriza: « Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.» Daniel 4:37
Lee: Daniel 4:23 – 37
23 Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos; 24 esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: 25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. 26 Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna. 27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.
28 Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. 29 Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, 30 habló el rey y dijo: ¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? 31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; 32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. 33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.
34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? 36 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. 37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
BIBLIA EN UN AÑO: Romanos 4 – 7
MENSAJE
Siguiendo el estudio de ayer, el segundo tipo de fuego que Dios usa para purificar a Sus hijos es el fuego de aflicción. Consideremos a Job, por ejemplo. Cuando lees Job 30:1, te quedas asombrado al descubrir que Job tenía ese pequeño contaminante llamado orgullo. Después de haber perdido todo, descubrió que Dios tenía una forma de hacer a una persona humilde a través del fuego. Dios usó el fuego de la aflicción para quitar el orgullo de su vida.
Algunas personas me preguntaron porqué siempre estoy diciendo «Si Señor» y «Si Señora» a todo el mundo. Yo no era así antes. Yo era una de las personas más orgullosas que hayas conocido. – aunque era pobre, pero Dios me enseñó una lección que arregló el asunto del orgullo en mi vida para siempre. Cuando nací de nuevo, una de las mayores bendiciones que recibí de parte de Dios enseguida fue la habilidad de escucharle. También era el traductor del Superintendente General de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios. Un día, por alguna razón, uno de los Pastores vino a mi y me pidió que tradujera para él durante su ministración. me sentí ofendido, «¿Quién se cree que es este hombre? ¿No sabe que yo soy el traductor del Superintendente General?» Traduje para él bastante bien, pero estaba molesto. Después del servicio, cuando me iba a mi coche, escuché a Dios decirme claramente, «Así que ahora eres demasiado importante para traducir para mi siervo». Desde ese momento dejé de escuchar la voz de Dios y todo se volvió en silencio. Tan pronto como el diablo descubrió que ya no podía escuchar a Dios, él me empezó a atormentar. Oré, lloré y ayuné, pero Dios se quedó callado todo el tiempo. Créeme, es mejor no haber escuchar a Dios nunca que que Él deje de hablarte. Dios no te dejará solo en el nombre de Jesús.
El tiempo en el que Dios dejó de hablarme fue terrible para mi. Desesperado, le dije, «Señor, hago un pacto contigo: Si te voy a ofender mañana, acaba con mi vida hoy». Y entonces Él empezó a hablarme de nuevo. Así pues, cuando me ves diciendo «Si Señor» al chofer o a la limpiadora, es porque el fuego quemó todo orgullo en mi.
Si Dios ha de usarte, de una forma o de otra, Él tendrá que purificarte porque solo aquellos puros de corazón le verán en el último día.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, si hay alguna impureza en mi, la cual me es difícil de apartar de mi vida, por favor, quítala a la fuerza ahora en el nombre de Jesús.