Devocional Cielos Abiertos

TEN CUIDADO CON EL ORGULLO II

Memoriza: Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.” 2 Corintios 10:12

Lee: 1 Pedro 5:6

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;

BIBLIA EN UN AÑO: Juan 16 – 17

MENSAJE

Otra forma en la que una persona puede exhibir orgullo es comparando sus logros con los de otras personas. Nuestra lectura Bíblica de ayer (1 Reyes 19:13 – 18) nos mostraba que Dios le pidió a Elías que ungiera a los que habían de reemplazarle. Hay una gran lección que aprender en eso. Nunca debes de creerte más santo que los demás, o sentir que estás haciéndolo mejor que otros. Quizás tengas más talento o trabajes más duro, sin embargo, debes de permanecer humilde en todo momento. En el momento en el que te vuelves orgullos dejarás de subir más alto. El Rey Saúl es otro ejemplo de esto (1 Samuel 15:25 – 30).

Nuestra lectura Bíblica de hoy nos dice claramente que necesitamos tener humildad si queremos que Dios nos promocione. En otras palabras, una vez que te conviertes en alguien orgulloso, te haces demasiado pesado como para llegar a la cumbre. No puedes subir sin la gracia de Dios, así que se humilde, no importa lo mucho que pienses que has logrado ya (Santiago 4:6)

La palabra de Dios dice claramente que aquellos que se comparan con los demás no son sabios (2 Corintios 10:12). Solo hay un juez verdadero y ese es Dios. El maestro está en mejor posición para ver los errores de sus estudiantes. Por ejempolo, si le preguntamos a Josué “¿Cómo lo has hecho de bien?” él seguramente hubiera dicho “Extremadamente bien” ya que logró lo que Moisés no pudo. Sin embargo, Dios dijo:

 Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer.” – Josué 13:1

Dios estaba diciendo en pocas palabras que Josué había fracasado porque no pudo acabar su trabajo. Nunca pienses que eres perfecto porque, si tuviéramos que contar la iniquidad, nadie sería capaz de mantenerse en pie (Salmos 130:3). Simplemente dale gracias a Dios por hasta donde te ha llevado y ora por aquellos a tu alrededor. Nadie es mejor que otro, debemos de honrarnos unos otros. (Romanos 12:10).

PUNTO CLAVE: Una vez que empiezas a comparar tus logros con los de los demás, dejas de crecer.