Memoriza: “ Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Santiago 1:22
Lee: Santiago 1:22 – 27
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
BIBLIA EN UN AÑO: Juan 7 – 8
MENSAJE
Imagina que le dices a tus amigos en la escuela que llevar ropa que expone tu cuerpo más de lo que debería es un pecado, pero aún así tu te sigues poniendo ropa muy ajustada de vez en cuando. ¿Cómo puedes predicar sobre algo y no practicarlo? Una persona de Dios no puede predicar sobre evangelismo todo el tiempo y no salir ahí fuera a hacer evangelismo por lo menos una vez, para ganar almas. La Biblia dice que la fe sin obras está muerta, lo mismo sucede con escuchar la palabra de Dios siempre sin practicarla.
Para que puedas crecer espiritualmente, debes de estudiar la Biblia, no simplemente leerla. Es aquello que haces a menudo lo que te hace convertirte en quien eres, no puedes decir que quieres ser un matemático y no pasar tiempo escuchando o viendo tutoriales sore matemáticas y resolviendo problemas matemáticos.
Lo que haces como hijo de Dios es lo que los no creyentes verán y en base a eso, decidirán si dar sus vidas a Cristo o no. Es el comportarte como Cristo lo que te hace Cristiano, y no escuchar sobre Cristo.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, ayúdame a ser un hacedor de Tu palabra, y no simplemente alguien que la escucha, en el nombre de Jesús.