Devocional Cielos Abiertos

LA CIUDAD CON CALLES DE ORO

Memoriza: En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” Juan 14:2

Lee: Apocalipsis 21:1 – 27

Cielo nuevo y tierra nueva

21 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

La nueva Jerusalén

9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

BIBLIA EN UN AÑO: Marcos 1 – 3

MENSAJE

Hay ciudades grandes y bonitas en este mundo. Hay ciudades donde las calles están muy limpias, hay parques bien cuidados, los taxis son coches de lujo y mucho más. Sin embargo, con todo lo bonitas, organizadas y perfectas que éstas ciudades puedan parecer, hay una que hace que todas ellas parezcan muy poco desarrolladas en comparación. 

En esta ciudad, las calles están pavimentadas con el oro más puro que te puedas imaginar (Apocalipsis 21:21). La joyería y accesorios de oro que la gente lleva y luce en este mundo son de baja calidad comparado con el oro sobre el que caminaremos en esta ciudad. Claramente, esta ciudad es una donde no habrá ningún tipo de pobreza. En esta ciudad, los sufrimientos no existen. El gobierno de esta ciudad es tan eficiente que se asegura de que a nadie le falte de nada; de hecho, la persona más pobre vivirá en una mansión. Nuestro versículo a memorizar de hoy deja esto muy claro. La gran ciudad es una ciudad de grandes riquezas y privilegios, donde a ninguna persona le faltará ninguna cosa buena.

No solo el gobierno se encarga de las necesidades materiales de todo ciudadano de esta ciudad, también se ocupa de sus necesidades emocionales. 

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” – Apocalipsis 21:4

Esta es una ciudad por la que yo daría cualquier cosa por mudarme ahí. ¿Cómo puede una persona convertirse en ciudadano de esta ciudad? Apocalipsis 21:27 nos dice: 

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”

Para asegurarte de que tu nombre está escrito en el libro de la vida del Cordero, debes de entregar todo a Jesús y aceptarlo a Él como tu Señor y Salvador, entonces comprométete a vivir una vida de santidad por el resto de tu vida. 

REFLEXIÓN: ¿Está tu nombre en el libro de la vida del Cordero de Dios?