Memoriza: «
El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; Él echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye.» Deuteronomio 33:27
Lee: 1 Samuel 2:6 – 9
6 Jehová mata, y él da vida;
Él hace descender al Seol, y hace subir.
7 Jehová empobrece, y él enriquece;
Abate, y enaltece.
8 Él levanta del polvo al pobre,
Y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.
Porque de Jehová son las columnas de la tierra,
Y él afirmó sobre ellas el mundo.
9 Él guarda los pies de sus santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
MENSAJE
Los brazos de Dios son eternos (Deuteronomio 33:27), así que cuando Él empieza a levantarte, nadie puede derrumbarte.
Cuando los seres humanos te promocionan, nunca quieren ponerte al mismo nivel que ellos.
En Génesis 39:1 – 5, Potifar promocionó a José y le puso a cargo de todo en su casa, pero seguía siendo un esclavo.
Y Jonathan se quitó el manto que llevaba y se lo dio a David, y otras ropas suyas, y hasta su espada, su arco y su ceñidor. (1 Samuel 18:4)
Jonathan le dio a David muchos regalos porque le amaba pero no le dio sus zapatos. En aquellos días, no importaba lo que le dieras a una persona, puedes tener todos esos objetos de vuelta si no le entregas tus zapatos (Rut 4:7 – 8). También, los siervientes nunca llevaban zapatos. Así pues, Jonathan le estaba diciendo «Te amo mucho pero no olvides que yo son un príncipe y tu eres un mero ciudadano en este Reino»
Otra cosa que puedes aprender de la historia de José es que los seres humanos que te promocionaron, también puede degradarte. Fue el mismo Potifar que hizo a José jefe de todos sus esclavos, el que después lo encarceló en prisión. Aquellos que gritaban «Hosana» hoy, quizás griten «Crucificadle» mañana.
Cuando Dios decidió promocionar a José, Él le llevó a un nivel tan alto que incluso Potifar – su antiguo amo, se postró ante él.
El Altísimo te promocionará y muy pronto, todos aquellos que te han estado oprimiendo se postrarán delante de ti, en el nombre de Jesús.
El Dios Todopoderoso tomó a David – que era un joven pastor de ovejas, y le hizo rey, y siguió promocionándole hasta que se convirtió en padre del Rey de reyes (Apocalipsis 22:16).
Est es el clásico ejemplo de Dios promocionando a una persona con Sus brazos eternos. ¿Sabías que si Dios decide promocionarte, esa promoción continúa incluso después de tu muerte? Dios, sin embargo, no promocionará al orgullos con Sus brazos eternos. Debes de entregar tu vida por completo a Jesús y humillarte delante de Él si quieres que te promocione (1 Pedro 5:6).
PUNTO CLAVE: Se humilde para que Dios pueda promocionarte con Sus brazos eternos.