Devocional Cielos Abiertos

LAS OBRAS DE LA GRACIA VII

Memoriza: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” 1 Corintios 10:23

Lee: 1 Corintios 6:11 – 12

11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Glorificad a Dios en vuestro cuerpo

12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

BIBLIA EN UN AÑO: Daniel 6 – 8

MENSAJE

Durante los últimos seis días hemos aprendido que Dios primeramente te atrae a Él y si tu te rindes, Él te salva limpiándote con Su sangre. La santificación y el bautismo en el Espíritu Santo vienen después, y entonces recibes los dones y los frutos del Espíritu Santo. Acabaremos este estudio hoy hablando sobre cómo el señor trae a Sus hijos a la perfección.

Nuestro Señor Jesús dijo en Mateo 5:48, “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”. En este contexto, la perfección puede ser fácilmente entendida como cuando tú haces solo cosas que edifican. Hay algunas cosas que quizás no sean vistas como pecado por sí mismas, pero no edifican. El lugar de perfección es cuando evitas ese tipo de cosas. Ahí es cuando empiezas a ver algunas cosas que aunque son legales, no te conviene hacer (1 Corintios 10:23).

Por ejemplo, el murmurar o hablar de otras personas a sus espaldas, quizás no sea visto como un pecado, pero ¿te edifica?. Solo pocas personas llegan a este nivel en su caminar con Cristo – en el que han ido más allá de simplemente lo que es pecado o lo que no, involucrándose solo en cosas que les edifican, y evitando las cosas que no.

Una de las señales de que una persona está experimentando esta obra de gracia es que la persona presta atención a la doctrina. 2 Timoteo 3:16 – 17 nos dice que toda Escritura dada está inspirada por Dios y por lo tanto es de provecho, entre otras cosas, para la doctrina que te guiará a la perfección. Así pues, incluso cuando tu has estado haciendo milagros, señales y maravillas, sigues necesitando prestar atención a la doctrina porque “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” (Salmos 119:89)

Dios está diciéndote por lo tanto, que cualquier nivel en el que estés ahora, “Ve más alto”. No te quedes simplemente en el nivel de ser limpiado de todos tus pecados, pasa a ser santificado. No pienses que en el momento en el que hables en lenguas, entonces ya los has conseguido; sigue y recibe los dones del Espíritu Santo, y entonces, asegúrate de que también das fruto, para que los dones no te destruyan. Y finalmente, anhela estar entre los pocos que han sido hechos perfectos (Mateo 5:48). Tienes que seguir escalando más alto hasta llegar a la perfección, para que la gente te mire y diga que eres verdaderamente un hijo de Dios.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, quiero ser perfecto, así como Tú eres perfecto, llecame a ese nivel, en el nombre de Jesús.