Devocional Cielos Abiertos

LA SABIDURÍA DE DIOS

Memoriza: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33

Lee: 1 Corintios 1:20 – 25

20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

MENSAJE

Ayer hablamos de la sabiduría de las personas y cómo los hombres piensan que pueden ser más listos que Dios, me gustaría que supieras que nadie puede ser más listo que Dios. Dios lo sabe todo, Sus caminos son inescrutables, y Sus pensamientos son más profundos que lo más profundo del océano. Los científicos y los filósofos de este mundo solo pueden intentar explicar algunas cosas en la creación de Dios, pero no pueden entenderlo del todo. No es de extrañar que Isaías 55:9 diga: “ Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

Así, es una tonterías ir en contra de Dios o cuestionar sus instrucciones divnas intencionadamente. Por ejemplo, la palabra Dios dice: “Echa tu pan sobre muchas aguas, después de muchos días lo encontrarás”, que significa que des para que puedes tener en abundancia, mientras que la sabiduría de la palabra dice que es mejor guardar para los días de lluvia. Esta sabiduría en sí misma es razonable porque tú no debes de gastar todo lo que tienes; tienes que tener ahorros. Sin embargo, si realmente quieres vivir en abundancia, esto es, si quieres florecer, no le negarás lo que tienes al necesitado; darás tus ofrendas y pagarás tus diezmos.

PUNTO CLAVE: No puedes ser más listo que Dios, cuando él da una instrucción, síguela al pie de la letra.